Una vez finalizada su vuelta Jon Rahm se refería ante los medios a ese tenebroso arranque con bogeys en los hoyos 1 y 2. Y su razonamiento no podía ser más práctico. “Fueron bogeys que vinieron de manera diferente. En el primero la salida no fue tan mala y la bola se quedó en una posición que no sabías bien cómo podía salir. Podía salir bien o como lo hizo… Y en el segundo la salida fue horrible y luego, incluso, hasta pensé que el putt para salvar el par estaba dentro. En realidad, cuando empiezas así no te queda más remedio que pensar que no habrá muchos jugadores que en este campo, en el turno de tarde, vayan a hacer una vuelta libre de bogeys. Eso, y tratar de aprovechar la ventaja que te ofrecía el hoyo 3, que hoy era de hierro 4 y wedge, luego pasar como puedas el hoyo 4 y de nuevo aprovechar el tramo de los hoyos 5, 6 y 7, donde creo que hice realmente un buen trabajo”.
En términos generales, así valoraba el español su bien trabajada vuelta: “me he sentido muy cómodo de tee a green todo el día. He tirado buenos putts, pero hoy simplemente no querían entrar. Pero bueno, me gusta pensar que al final todo se va a equilibrar y así ha sido, porque he terminado embocando muy buenos putts en los hoyos 15, 17 y 18 para poner un buen resultado”.
En otro orden de cosas, el jugador español se refería a cómo puede preparar el US Open, teniendo una semana libre entre el final del Memorial y el major. Jon, por ejemplo, no ha descartado que pueda acercarse al escenario del torneo, el North course de Los Angeles Country Club, para estudiar el campo, ya que no lo conoce, aunque siempre midiendo muy bien el desgaste de energías, para llegar con las baterías a tope al inicio del torneo.
