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Taylor saca en Pebble Beach el Número 1 que lleva dentro

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Nick Taylor posa con el trofeo de campeón en Pebble Beach. (© Golffile | Phil Inglis)

Nick Taylor (-19) ha logrado hoy en Pebble Beach la victoria más importante de su carrera. Hay torneos y torneos. Escenarios y escenarios. Este es distinto. Es una prueba regular del PGA Tour, pero significa más. Todos los jugadores quieren tener el AT&T Pro Am en sus vitrinas. Imprime carácter. Es una historia que contar a los nietos. “Yo gané en Pebble Beach”. Nick, desde hoy, podrá decirlo.

Lo ha hecho, además, imponiéndose mano a mano en el partido estelar a una absoluta leyenda de Pebble Beach. Ha derrotado a Phil Mickelson en una jornada final complicadísima por el viento y que por momentos se vivió como un auténtico match play. Mickelson buscaba su sexta victoria en este torneo. Casi nada. Enemigo de altos vuelos y con el público volcado con él.

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Ningún otro jugador más podía meterse en esta pelea final. El hueco era muy grande y ni siquiera el siempre temible viento del Pacífico podía provocar un descalabro semejante en el líder. Era o Mickelson o nadie. Jason Day también partió con alguna opción, pero no tuvo el arranque de vuelta que necesitaba y dijo adiós nada más empezar los segundos nueve con una terrorífica secuencia de bogey y doble bogey en los hoyos 11 y 12.

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Taylor ha ganado aplicando su propio y particular manual de resistencia. Mickelson cumplió con lo prometido y atacó de inicio con fuerza. Después de seis hoyos marchaba con tres bajo par en el día. Sin embargo, el canadiense de 31 años, lejos de arrugarse, salió respondón. Su parcial fue aún mejor. Cuatro bajo par en esos seis hoyos, con un eagle de fábula en el 6 incluido. No, no iba a regalar nada. Y no, no parecía nada impresionado por lo que había en juego.

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La primera parte del plan no le salió del todo bien a Mickelson, aunque realmente el torneo se lo dejó un poco después. Curiosamente, en un golpe corto. En un approach. En uno de esos tiros con los que el sábado ofreció una clase magistral acelerada. Qué cosas. Ocurrió en el 8. Mickelson se voló el green y su golpe de vuelta desde el rough se volvió a volar el green. Su siguiente approach ya encontró al fin la hierba segada a ras, pero necesitó dos putts para rematar el asunto. Doble bogey. Frenazo en seco y aún más con otro bogey añadido en el 9.

Taylor salió de los nueve primeros hoyos con cinco golpes de ventaja, un colchón extraordinario y soñado para afrontar los difíciles nueve de vuelta de Pebble Beach. La victoria parecía un hecho, pero todavía le puso emoción. Dos bogeys en los hoyos 11 y 12 y un doble bogey en el 14 colocaban a Mickelson a dos golpes. La puerta se volvía a abrir y, ahora sí, parecía que la presión podría derrumbar al aspirante.

Todo lo contrario. Su respuesta fue soberbia. Birdie en el 15 embocando un chip desde fuera de green y uno más en el 17 con un tirazo excepcional. Salió al 18 con cuatro golpes sobre Kevin Streelman, ya en la casa club, y cinco sobre su compañero Mickelson. Una situación idílica. El bueno de Nick pudo fijarse en todas y cada una de las focas que habitan en las rocas del margen izquierdo de ese hoyo 18 de camino a green. Un paseo inolvidable. Y merecido. Líder de principio a fin. Campeón con mayúsculas.

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Es la segunda victoria de Taylor en el PGA Tour, la primera desde 2014 y de lejos es la más rimbombante. Seguramente hoy, y por extensión esta semana, por primera vez en su carrera profesional ha conseguido sacar a aquel muchacho que fue Número 1 del mundo amateur y que ganó el Ben Hogan Award en su época universitaria. Un jugador que estaba llamado a ser uno de los mejores del mundo y que nunca llegó a aflorar de verdad. De hecho, en sus últimos 52 torneos apenas había hecho tres top ten y había fallado 16 cortes. Los misterios de este deporte.

Esta es la pregunta que deberá hacerse mañana ante el espejo, una vez pase la resaca de un triunfo tan sobresaliente. ¿Qué he hecho para tener una semana así? ¿Qué ha salido bien? ¿Por qué ha sido ahora cuando he logrado una victoria tan importante? ¿Qué planetas he conseguido alinear? Y lo siguiente, que no es nada sencillo, será intentar repetirlo todas las veces que sea capaz.

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