Davis Thompson se planta este domingo en el tee del 1 en el partido estelar con Jon Rahm y J. T. Poston. El estadounidense de Alabama ha mostrado una consistencia a prueba de bombas en el American Express, tercera cita del año que ha gobernado desde el jueves al sábado. Con el único matiz de que en la cuarta ronda sale igualado en el marcador con el español: -23.
El chico de la Universidad de Georgia, sereno, sabe que en las apuestas previas no tiene nada que hacer contra el multicampeón español, que busca su noveno triunfo en el PGA Tour y el ascenso a la cima de la FedEx Cup, entre otras cuestiones. Thompson, en cambio, está disputando su vigésimo torneo del PGA Tour y no duda, obvio, en darle todo el favoritismo al número cuatro del mundo, habituado a lidiar desde hace muchos años con domingos bajo presión.
Le preguntaron a Thompson si se siente en desventaja antes de la vuelta definitiva. «Por supuesto», dijo, «voy a jugar contra Jon Rahm. Creo que todo el mundo me elegiría como perdedor. Pero me gusta esa etiqueta. Sólo intento salir y hacer lo mío y no dejar que nada me moleste». ¿Un lobo con piel de cordero? Habrá que verlo en unas horas. Desde luego, su determinación ha sido alucinante en estos 54 hoyos. No se ha dejado llevar por la ansiedad de liderar un campeonato de este calibre, ni por igualar el récord de eagles en un torneo (aún puede superarlo).
Acertadamente, el PGA Tour calificó este mano a mano, con permiso de los perseguidores, como un duelo entre Davis y Goliat, pues sólo hay que comparar el currículum de este zagal con el del español. Éste, sin embargo, no se confía en absoluto y quiso recordar un detalle que a veces se olvida. «Mucha gente podría haber dicho que (un veterano tenía ventaja) la primera vez que ganó Jordan Spieth, la primera vez que gané yo, la primera vez que ganó mucha gente. ¿Así que tienes ventaja? No lo sé. Quiero decir, tengo la experiencia de haber estado allí, si se llega al final. Pero él no se queda atrás, obviamente. Ha hecho lo que ha hecho». Amén.
Thompson no quiere perder este tren que lo llevaría al triunfo en La Quinta, donde se convertiría en el primer jugador en estrenar su casillero de victorias en el PGA Tour en el American Express desde Adam Long. Desde luego, su carrera amateur ha sido brillante y, como él mismo cuenta, ha estado más pendiente de hincar los codos y darle a los palos en estos años que a saraos más propios de su juventud. «Supongo que sacrifiqué algunas cosas en la universidad. No era el tipo más sociable. Me concentré en mis estudios y en el golf. Fui mejorando cada año. Realmente traté de emular lo que estos chicos hacen aquí en el PGA Tour», señaló tras la tercera vuelta en el Stadium Course. Thompson ya está donde quería tras ser noveno en el Fortinet y, aún mejor, peleándole un domingo la victoria a Jon Rahm.
