Si esto sigue así, una semana, otra, y después una más, y así sucesivamente, habría que instaurar el domingo como el día del señor… Rahm. La fiereza competitiva del español asusta. Su porcentaje de victorias es altísimo y acumula Top 10 como si nada, oiga. Segundo en el BMW PGA Championship en Wentworth, primero en el Open de España en Madrid, cuarto en The CJ Cup en Carolina del Sur, primero en la Final del Circuito Europeo en Dubái y primero en el Sentry Tournament en Kapalua. Éstos han sido los últimos resultados ligados por el vizcaíno y llega otro domingo, 22 de enero, y vuelve a estar ahí pugnando por la victoria en el partido estelar en el American Express de La Quinta (California) tras firmar siete menos para un total de -23. Sólo el novato Davis Thompson (-23 tras firmar el sábado cinco menos), ambos jugando este tercer día (y el cuarto, como todos) en el Stadium Course, mantiene la lucha con Rahm, con el resto de aspirantes apelotonados sin alcanzar ninguno el -20.
El astro de Barrika salió antes que su principal oponente y quiso amedrentarlo desde el tee del 1. Y damos fe de que así ocurrió. Los dos primeros tercios de ronda resultaron arrolladores. Ahí llegamos algunos a pensar que iba a arrimarse a los 30 bajo par, habiendo empezado con -16. No es una exageración. En el 1 se le escapó la primera ocasión de restar golpes al campo con un putt de menos de dos metros, circunstancia que no desperdició en el 3, cuando puso en marcha la locomotora, y en el 4, también pateando desde cerca. En el 5 se marcó un eagle tras un hierro impresionante desde 243 yardas y embocar a cinco metros desde el collarín. Con -20, líder en solitario en ese momento.
La racha sólo acababa de empezar, aunque se dio una tregua en el 6 y el 7. Con el juego largo muy afinado, atinó con un putt desde cuatro metros para birdie en el 8 después de un pobre chip. Suma y sigue. Rahm estaba zumbón, con ganas de fiesta, y el festival no paraba, con otro acierto espectacular en el 9 desde seis metros, al que sumó uno más un pelín más corto en el 10: -23. Perdonó en el par 5 del 11 por culpa de un aprochito endeble que dejó la bola lejos de la bandera. Pero se recompuso en el siguiente hoyo con un sublime putt cuesta abajo y ocho metros. Dentro, -24 y seis hoyos por delante. ¿Por qué no soñar con un -27 o un -28 al final de la ronda? No pudo ser.
Al español se le evaporó la magia, aunque no se le descabalgó la vuelta, ni mucho menos. El par 3 del 13 le comió la moral, a tenor de su final, pues no embocó el putt de birdie a poco más de tres metros. Más doloroso fue el 14, cuando el agujero escupió la bola por el borde derecho cuando pateaba a dos metros. Sin problemas con los hierros, volvió a disponer de una nueva oportunidad en el 15, aunque a seis metros. Corto. Y el par 5 del 16 le fue esquivo por pura mala suerte: su excepcional segundo golpe no tuvo premio al botar fuerte cuesta abajo a la altura de bandera en el antegreen e irse muy por detrás. El chip desde 25 metros pasó al lado del trapo y luego se le escapó otra buena opción de dos metros y medio. No lo logró en la isla del 17, pese a dejar la pelota en el corazón del green; se pasó de frenada y el putt de vuelta, a dos metros, no entró. Primer bogey del día y segundo del torneo. Rahm frunció el ceño y se quedó sin recompensa también en el 18. No hay que obviar que el español ganó aquí en 2018 en un playoff con Andrew Landry tras empatar con -22, un golpe más de lo que lleva el vasco en tres vueltas…
Zanjó la ronda con siete menos y él sabe positivamente que 18 hoyos son muy largos para un novato como Thompson (y para cualquiera, pregunten a Morikawa, a quien remontó nueve golpes en 17 banderas). Saldrá otro domingo, el día del señor Rahm, con todas las opciones para sumar su novena victoria en el PGA Tour y la segunda del año consecutiva. Si eso ocurriera, o aun siendo segundo, ya podría sacar el billete para la Ryder Cup de Roma.
El comportamiento de Thompson también ha sido para quitarse el sombrero. Al chico de Alabama no le temblaron las piernas en el moving day. No deslumbró con más eagles tras los cinco de las dos primeras rondas, pero se mantuvo firme, sin perder la compostura, con cuatro birdies por los nueve primeros hoyos y dos más y un bogey en los nueve segundos para cinco menos que le valen para salir en el último partido con el jugador más en forma del planeta: Jon Rahm.
Intentarán la machada de remontar y birlar la victoria a los dos favoritos J. T. Poston (-19), Christiaan Benzuidenhout (-19), Tom Kim (-18), Harry Higgs (-18 tras un imponente -11 este sábado), Sam Burns (-18) y Taylor Montgomery (-18, otra vez arriba). Dylan Wu, tras un mayúsculo -11 en el día, comanda la tropa de -17, con Scottie Scheffler y Sugjae Im dentro del grupo. Desde luego, hay mucha vuelta baja en el campo, como demuestra el histórico corte de este año en el American Express: -10.
