Quail Hollow no da tregua. El líder del jueves del Wells Fargo Championship, el sufrido John Peterson (PAR), firmaba un 77 y se despeñaba, aunque al menos estará el fin de semana, aferrado a esa última oportunidad que se ha concedido de mantenerse en el golf de alta competición (lo dejará si no consigue hacer buena la exención médica que tiene, con un margen de sólo tres torneos para sumar más de trescientos mil dólares…). Y Rory McIlroy (+2) no lo hacía mucho mejor: tarjeta de 76 para pasar justo el corte, frenando a tiempo la hemorragia con un par en el hoyo final después firmar tres bogeys en el último tercio de la ronda.
Y el caso es que Tiger consiguió no acabar desquiciado…
Tiger Woods (+2), que con su birdie final en el 18 aseguraba el fin de semana, ha liderado en realidad algo así como un morboso paseo de vacas sagradas por la cuerda floja: Rory McIlroy (+2), Phil Mickelson (+2), Brooks Koepka (+2), Graeme McDowell (+2), Adam Scott (+3), Keegan Bradley (+3)… Son muchos ‘Grandes’ los que han estado ahí, pendiendo de un hilo en la segunda ronda del Wells Fargo, aunque es cierto que Tiger, por ejemplo, habría entrado también de no haber embocado el último putt de birdie, que en ese momento parecía decisivo.
VÍDEO: La pesadilla de Tiger en los greenes de Quail Hollow
Otros ilustres, aunque todavía no hayan ganado majors, también las están pasando canutas en Quail Hollow: Matsuyama (+3), Schauffele (+3), Finau (+3)… Exigencia de altura en los primeros 36 hoyos, al más puro estilo US Open. Veremos si alguno llega todavía a tiempo de luchar por el triunfo, estando como están a nueve o diez golpes del líder Peter Malnati (-7). De momento, y teniendo en cuenta que el sábado habrá un segundo corte (se metían en el fin de semana casi noventa jugadores), bien harán en cuidar sus espaldas. El descalabro del día correspondía a Geoff Ogilvy (+7), que tras el 68 del jueves se iba a un tenebroso 81 en la segunda vuelta y se quedaba fuera.
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Jason Day (-6) o Paul Casey (-5), por su parte, sí están defendiendo con más argumentos el cartel de favoritos. El australiano, acunado en una lentitud de juego que en ocasiones exaspera, está fino, y para muestra el eagle del hoyo 10, donde la enchufaba desde el bunker en una deliciosa sacada desde casi treinta metros. Después, en los hoyos 16 y 18 salvaba también esa gran tarjeta de 67 golpes con sendas recuperaciones desde la arena.
