Dustin Johnson e Hideki Matsuyama son los dos nuevos líderes del Hero World Challenge después de la segunda jornada, con un acumulado de -12 y tras firmar sendas tarjetas de 66 y 67 golpes. Cara a cara, como se ve, el mejor jugador de 2016, el estadounidense, y el mejor de la recién inaugurada temporada 2016-17 del PGA Tour, el nipón. El duelo promete echar chispas, aunque ninguno de los dos domine el arte dramático.
Pero una vez más, por supuesto, la atención puede (y hasta debe) centrarse en la figura de Tiger Woods (-6). Si ayer dejó algo más que detalles, aún mostrando una evidente vulnerabilidad, hoy casi se puede decir que ha ascendido dos escalones de una tacada. Vuelta sin bogeys de 65 golpes, siete menos en el día, un registro de peso, aunque hayan abundado los buenos resultados en Albany (New Providence, Bahamas). Pero si ayer restábamos trascendencia a las lagunas de su juego, teniendo en cuenta esos 16 meses de ausencia en la alta competición, hoy toca hacer lo mismo, pero a la inversa: sería ridículo vender ya mismo que está en disposición de alcanzar los 18 Grandes de Nicklaus…
Tranquilidad. No hay prisa. Dejemos, para empezar, que finalice el torneo de esta semana para sacar alguna conclusión más redonda. Lo que nadie puede quitarle al planeta golf, esto sí es evidente, es la emoción de calibrar lo que podría suponer un regreso a lo grande de este monstruo. Woods ha jugado muy bien. Se le ha visto enchufado, pródigo en recursos, eléctrico, muy motivado, pegando tirazos y salvando situaciones muy complicadas con aquella maestría suya de siempre. El Tigre ha sacado los dientes. Y el puño, como en los mejores tiempos, sobre todo después de salvar un par imposible en el hoyo 16.
Si después de firmar un 73 señalábamos que su retorno daba pie a más de una lectura positiva, qué menos puede hacerse después de firmar un excelente 65. Este sábado juega a partir de las 18,26 horas (horario peninsular español) junto a Rickie Fowler en el día del movimiento. Todavía tiene opciones de engancharse a la lucha por el triunfo, estando como está a seis golpes de la cabeza. Y va a ser muy interesante comprobar hasta dónde puede llegar ya mismo, tan pronto y recién estrenada su última versión, el eco de su rugido.
