Sergio García acabó ayer su segunda vuelta con un 67 y venía recuperando en el Genesis Open. Una hora y media después salía a jugar la tercera ronda, o más bien los hoyos que dieran tiempo en una semana con su punto de caos por la inclemencia del tiempo. Salía en el primer grupo por el tee del 10 de Riviera y al fin y al cabo era una buena oportunidad de ganar más posiciones y acercarse a los de cabeza, que probablemente no tendrían tiempo material, por la falta de luz, de salir a jugar (como así ocurrió).
Dicho y hecho, Sergio arrancaba con determinación: la ponía desde el tee en el green en el par 4 corto del 10 y sacaba el birdie fácil tras patear para eagle desde unos cuatro o cinco metros. La cosa comenzaba bien, pero a continuación cometería un error de puro despiste que iba a costarle muy caro: colocaba la bola en la calle del hoyo 11, par 5, antes de pegar el tercer tiro a green… Pero en realidad ya no se podía colocar bola, como en las jornadas anteriores. Así que fue penalizado con un golpe y, sumido en pleno shock, terminaba firmando allí un doble bogey después de sumar tres putts, al que seguiría un bogey más en el 12. Cuatro hoyos más jugaría aún el español, realmente tocado por el accidente a juzgar por sus estadísticas, ya que apenas volvió a cazar una calle o un green en regulación, aunque se las arreglaba para frenar la sangría, con buenas recuperaciones.
En honor a la verdad, y aunque se avecina un domingo largo y competido, da la sensación de que este incidente le ha dejado sin opciones de luchar por el triunfo, pues se ha quedado a nueve golpes del líder. De todos modos, no le queda más remedio que pasar página y aún dispone de 29 hoyos para mejorar su situación y dejar Pacific Palisades con mejor sabor de boca.
