La segunda jornada del RBC Heritage quedaba suspendida poco antes de las doce de la noche (hora española) por culpa de un rayo que se ha visto en todo el mundo en ‘prime time’. El radar ya anunciaba la posibilidad de tormenta eléctrica al final de la tarde en el Harbour Town Golf Links de Hilton Head, sin embargo daba la sensación de que finalmente el torneo se iba a librar. El frente se desvió y evitó la perpendicular del campo. El cielo estaba negro, pero el juego seguía con normalidad hasta que Tony Finau se colocó en el tee del hoyo 18…
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El golfista norteamericano estaba preparado para iniciar el swing cuando se tuvo que quitar de la bola. La razón, obviamente no era que alguien del público le hubiera molestado, imposible en estos tiempos extraños, sino la visión con el rabillo del ojo de un poderoso rayo que rajó el horizonte en forma de siete. La imagen fue espectacular y se vio por televisión. A los rectores del PGA Tour se le quitaron las ganas de seguir con la jornada. Al minuto hicieron sonar las bocinas y se suspendió el juego con 33 golfistas aún en el campo.
El juego estuvo detenido durante algo más de una media. Pasadas la una y media de la madrugada regresó y la jornada se pudo completar sobre la bocina.
Los grandes protagonistas de la tarde fueron Brooks Koepka (-9) y Rory McIlroy (-5). El primero ha vuelto a dar signos claros de que su recuperación es un hecho. Está a un paso de pelear por las victorias. Si no ocurre este domingo en Hilton Head, será pronto. Hoy ha hecho 66 golpes, con un doloroso bogey en el hoyo final fallando un putt de metro y medio. Sea como fuere, no debe quejarse en exceso del putter, ya que hoy le ha funcionado de maravilla. Ha metido hasta cinco putts de entre tres y cinco metros, una distancia clave para meterse arriba en los torneos.
A Jon Rahm, ahora sí, al fin le toca soltarse el pelo
McIlroy (-5) ha llevado a cabo la operación remontada. Vuelta también de 65 golpes y corte superado. Da la sensación de que está muy lejos como para pelear por la victoria, a siete golpes de Webb Simpson (-12) y con mucha gente por delante, pero desde luego se ha dado una oportunidad de meter presión desde atrás. Su juego corto ha salido hoy al rescate. Ha entregado una vuelta sin bogeys fallando ocho greenes. Brutal.
Mención especial merece Matthew Fitzpatrick (-10). Tuvo que meterse en la casa club por el rayo cuando aún le faltaban tres hoyos para acabar. Firmó un nuevo birdie y se metió en la cuarta plaza para salir este sábado en los últimos partidos.
Simpson, el manual de Dye y la tuneladora de DeChambeau
El corte quedó fijado finalmente en -4 (puesto 62º), lo que dejó fuera de combate a jugadores como Rickie Fowler (-3) o Jason Day (-2). Xander Schauffele (-4) se metió con un birdie en el último hoyo, a la vuelta también de la suspensión. También aseguró el fin de semana Collin Morikawa (-5). Un corte más para seguir con la racha fantástica de cortes consecutivos (22) desde que se hizo profesional. Por cierto, otra mención especial para Bernhard Langer (-6). El alemán acabó también con birdie en su último hoyo para una vuelta de 67 golpes. Un dato: cuando ganó este torneo hace 35 años, a Viktor Hovland aún le quedaban 12 años para nacer. Ambos están con los mismos golpes. Y en este sentido, mucho ojo con Ernie Els (-8), metido en la zona noble de la clasificación. Gran torneo de los veteranos, sabiendo aprovechar un campo donde la pegada no es fundamental para hacer birdies y volar bajo.
