Justin Rose ha tomado el liderato del Memorial Tournament a falta de 18 hoyos siguiendo palmo a palmo la hoja de ruta marcada por su experimentado caddie, Mark Fulcher. Nada más terminar la segunda jornada, fue Fulcher quien agarró a Rose y le confesó: «me encanta la posición en la que estamos». El inglés se encontraba a tres golpes del liderato.
Lo que aparentemente parece un simple comentario sin más importancia, una especie de inyección de confianza, se convirtió en realidad en todo un tratado de psicología. «Me lo dijo para quitarme cualquier ansiedad de la cabeza. Para que no buscara las cosas, sino que jugara tranquilo, sin forzar, no buscando un birdie donde igual no lo había, sino pegando el tiro correcto en cada momento. Eso es lo que hice en la tercera ronda y las cosas han salido bien», aseguraba Rose después de firmar la tarjeta.
Suavemente, Rose construyó una ronda de 66 golpes, excelsa, y se ha colocado con un total de -15. Tiene tres golpes de ventaja sobre Francesco Molinari y David Lingmerth, cuatro sobre Jim Furyk y cinco sobre un grupo de jugadores entre los que están Andy Sullivan o Hideki Matsuyama.
Rose busca su séptima victoria en el PGA Tour, la segunda en el Memorial, precisamente el torneo con el que abrió su palmarés en Estados Unidos allá por el año 2010. Muirfield Village, un campo donde los buenos jugadores de hierros sobresalen, se le da bien. Ha jugado diez veces y ha conseguido cinco top ten.
Sería la segunda victoria de Rose esta temporada, a las que habría que unir el segundo puesto en el Masters de Augusta. El gran jugador británico afina su preparación para el US Open, que tendrá lugar dentro de dos semanas. Por cierto, ha confesado que acudirá a Chambers Bay en los próximos días para probarlo.
