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En dos jornadas y ocho horas de retransmisión del BMW Championship se han visto dos golpes de Jon Rahm

Una radiografía objetiva de la lacerante cobertura televisiva americana

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Jon Rahm. © Golffile | Phil Inglis
Jon Rahm. © Golffile | Phil Inglis

Son las 21,41 del viernes 28 de agosto. Hace poco más de cuarenta minutos que ha comenzado la retransmisión en directo de la segunda jornada del BMW Championship y la realización de la correspondiente cadena estadounidense aún no ha considerado necesario o pertinente ofrecer una sola imagen de Jon Rahm.

Nada que sorprenda, por otro lado. Un día antes, el jueves, en cuatro horas de conexión apenas habían ofrecido una imagen del jugador español, Número 2 del mundo para más señas, y noveno clasificado en la Fedex Cup. No tiene mucho sentido, se mire por donde se mire.

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Y eso, mirarlo desde todos los ángulos, es lo que vamos a tratar de hacer con una muestra al detalle de dos horas y tres minutos de retransmisión. Exactamente a las 21,41 horas del viernes 28 de agosto cogemos papel y boli, a la vieja usanza, y nos ponemos a apuntar todos y cada uno de los golpes que ofrece la realización americana, y lo hacemos hasta las 23,44.

En este tiempo anotamos exactamente 181 golpes retransmitidos y ya puede avanzarse que no aparece ni uno solo de Rahm. Y se da el siguiente desglose, contando sólo los golpes y obviando entrevistas, pequeños resúmenes de los golpes de un jugador y otros recursos televisivos interesantes o curiosos, tales como el seguimiento de las zapatillas reivindicativas de Cameron Champ, por poner un ejemplo y entendernos.

Se ofrecen hasta 23 golpes de Rory McIlroy.

Los siguientes en la lista son Tiger y Matsuyama, ambos con 17 golpes.

Después viene Dustin Johnson (10 golpes) y a continuación Patrick Cantlay (7 golpes).

Hasta aquí, pocas pegas se pueden poner, aunque hay matices que merece la pena comentar. Rory es Rory y además anda ahí arriba, luchando por el liderato. Y si Rory es Rory, qué decir de Tiger. Que cualquier televisión del mundo decida conceder siempre a este hombre un lugar prominente parece más que lógico, porque nadie tiene más tirón de audiencia que él, incluso en jornadas grises. Chirría un poco más lo de Thomas, que tampoco viene haciendo la vuelta de su vida. Sobre todo chirría que le presten mucha más atención que a Dustin Johnson, Número Uno del mundo y de la Fedex Cup y, además, mucho mejor situado en el torneo, cuando asimismo vienen jugando ambos en el mismo partido. Curioso, pero puede que no sea casual: ¿vende más la imagen de Thomas que la de D.J.?

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Matsuyama, muy seguido por los focos, era al fin y al cabo el líder después de la primera ronda y su vuelta estaba siendo un puro ejercicio de supervivencia que quizá mereciera la pena contar. Tiene sentido. Además, es japonés, y ya se sabe el parné que ponen sobre la mesa las cadenas niponas…

En cuanto a Cantlay, era más que razonable que también se le siguiera más que a la media, pues estaba realizando uno de los grandes movimientos del día. Estos seis jugadores, por cierto, se llevan la mitad de la atención en estas dos horas largas de muestreo, con una suma de 89 golpes del total de 181. Pero, insistimos, tiene sentido que así sea, con los matices ya expresados.

Continuamos con el desglose:

En estas dos horas se ofrecen seis golpes de Mackenzie Hughes y otros seis de Lanto Griffin, casi todos en los greenes. Tampoco parece una elección lamentable del realizador, puesto que en el momento en que más se fija en estos dos jugadores, ambos andan coqueteando incluso con el top 5 de la clasificación. La pregunta que sí cabe hacerse es si hubiesen dado esta cobertura a Jon Rahm, Sergio García o Rafa Cabrera Bello en circunstancias idénticas. La respuesta, por desgracia es NO, según dicta la experiencia.

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En estas dos horas largas también ofrecen seis golpes de Daniel Berger, cinco para Tony Finau, Jim Herman y Brendon Todd, cuatro de Xander Schauffele, tres de Adam Scott, otros tres de Bryson DeChambeau… Finau, por momentos, trata de asaltar el liderato, así que tiene todo el sentido periodístico; también Herman se acerca por momentos a la cabeza, aunque termine luego con tres bogeys; y Todd acabará firmando uno de los dos 68 del día. Todo en orden.

Lo de Berger (acumulado de +7 y vuelta de 74) no cuadra tanto si establecemos la odiosa comparación con Rahm (recordemos: ninguna imagen en esta muestra de dos horas). Qué menos que incluir al de Barrika en la ‘categoría’ de cobertura de los Berger, Schauffele o DeChambeau, tal y como está el torneo. En este punto del análisis, la verdad, tampoco parece fuera de toda objetividad reclamar más atención para un Número 2 del mundo, aunque no sea estadounidense…

La comparación en la muestra resulta incluso lacerante si continuamos con el desglose, porque además el español estaba completando una ronda notable. ¿Tanto costaba, por ejemplo, habernos mostrado algo de su excelente birdie en el 11? Es que Joel Dahmen, peor situado que Jon, merecía dos golpes en estas dos horas de retransmisión. Lo mismo que Ancer, Niemann o Fitzpatrick, por citar a tres no estadounidenses. Y a Cameron Champ, hundido en la tabla, lo veíamos en cuatro ocasiones. Incluso Landry, Streelman o Leishman, que ocupan tres de las cuatro últimas plazas del torneo, merecían en estas dos horas más atención que Jon (un golpe de cada uno). Lo mismo que Shelton, Scheffler, Long, Palmer o McNealy, todos por detrás de Jon en la tabla.

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Ya fuera del tiempo de muestreo, a las 00,30 de la noche, después de tres horas y media de retransmisión, al fin sacaban un golpe de Jon desde un bunker de calle en el hoyo 17. El español se dejaba una buena opción de birdie, pero eso de ofrecer la imagen del putt ya debió parecer excesivo…  No volvería a aparecer. En síntesis: en dos jornadas y ocho horas de retransmisión se han visto dos golpes de Jon Rahm.

En estas dos horas de detallado análisis televisivo no se nos pasa por alto tampoco el ninguneo a Louis Oosthuizen, que venía haciendo una de las mejores vueltas del día y no le conceden ni una imagen (después sí sacarían dos golpes del sudafricano).  O el escaso interés mostrado hacia Bubba Watson (dos golpes), que también marcha entre los mejores y que además ‘lleva’ cámara incorporada, puesto que va en el partido de Tiger.

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Respecto a Jon, hay que hacer una obligada puntualización: el trato que recibe del PGA Tour en sus directos televisivos que preceden a la ‘retransmisión oficial’ de las cadenas americanas, se ajusta mucho más a su talla y prestigio. De hecho, son numerosas las veces en que el partido del español es uno de los escogidos. Es cierto que además el vasco suele ir acompañado de otros nombres ilustres en su partido, pero queda también muy claro que los criterios del PGA Tour son más profesionales, digámoslo así.