Tony Finau (-26) ha ganado el Rocket Mortgage Classic, torneo del PGA Tour que se ha disputado en el coqueto Detroit Golf Club, un campo a la vieja usanza, tradicional y con más de cien años de historia. También cuenta. Finau ha logrado el resultado más bajo en la historia del torneo.
Ha ganado con autoridad, temple y determinación. Se ha impuesto con todos esos argumentos que debe manejar un ‘winner’ en una ronda final y que a él se le echaban de menos. Nunca los tuvo, de hecho. Hasta ahora. La historia ha cambiado y lo de este domingo es un aviso a navegantes. A Finau sólo le faltaba el colmillo afilado y le ha empezado a salir uno que da miedito…
Y es que la ronda final en Michigan no ha sido precisamente un coser y cantar. Finau ha comenzado un poco atrancado, quizá afectado o algo aturdido por esa estadística que arrastraba hasta el día de hoy. Cinco veces había salido el domingo como líder en el PGA Tour antes de este Rocket Mortgage y nunca había conseguido ganar. Eso pesa. De alguna u otra manera, pesa. Igual está perdido/aparcado en la parte trasera de la cabeza, pero está.
Finau no estaba pegando los tiros de jueves, viernes y sábado y allí en el horizonte se empezaba a ver el polvo que iba levantando la galopada de Patrick Cantlay (-21). Un rival desagradable. De esos que miras, lo ves metiendo putts y cuanto menos te santiguas. Este sí tiene alma de ‘killer’. Al mismo tiempo, Taylor Pendrith (-21), sin llegar a apretar de verdad a Finau, tampoco se terminaba de descolgar, y Cameron Young (-21), aunque siempre estuvo en un segundo plano, tampoco dejó de estar.
Hablando en plata. A Finau no le iban a regalar el torneo. Lo tenía que ganar. Justo lo que más le ha costado en su carrera. Empezó algo tibio, pero bajo control. No se fue dejando muchas opciones de birdie, pero aprovechó de maravilla los dos primeros pares 5, la especialidad de la casa. Era suficiente para ir manteniendo la distancia, para no perder el liderato.
Cantlay seguía empujando y tocaba hacer algo más. La clave de la vuelta estuvo en el tramo entre los hoyos 9 y 12. Ahí ganó Finau el Rocket Mortgage. O mejor dicho: ahí es cuando él supo que iba a ganar el Rocket Mortgage. Salvó un gran par en el hoyo 9 embocando un putt de cuatro metros tras un mal tiro desde el tee en este par 3. Acto seguido sacó un birdie sensacional en el hoyo 10, metiendo otro gran putt de más de seis metros. En el 11 le cayó el primer bogey, también en un par 3 y con un tripateo desde Utah. Ahí todavía se le podía complicar el torneo, pero en el 12 lo solventó como hacen los campeones: metió un putt de nueve metros, se sacudió las manos y siguió adelante. Hoy Finau no iba a claudicar. O alguno de sus rivales se salía del mapa o el nuevo nombre de la pena del trofeo de Detroit tenía ya dueño. No sólo es una victoria más, es un triunfo con alma de ‘killer’. Tiene más significado del que pueda parecer. Por primera vez gana saliendo de líder. Cuidado.
A partir de ahí, los últimos seis hoyos sí fueron de control absoluto. Se trataba de minimizar errores y aprovechar los pares 5. Y así lo hizo. Birdie fácil en el 14 pateando para eagle y nuevo birdie en el 17 con dos putts. Demoledor.
Finau gana por segunda semana consecutiva en el PGA Tour. Es su cuarta victoria en el circuito, la tercera en menos de un año. Sí, le ha cogido callo. Es el primer golfista del PGA Tour que gana dos semanas consecutivas desde la pandemia. El anterior fue Brendon Todd allá por 2019. Además, se coloca séptimo en la FedEx Cup y se vuelve a poner a las puertas del top 10 mundial. Llega a los Playoffs de la FedEx como uno de los favoritos a la victoria.
