Rafa Cabrera Bello se ha metido en los octavos de final del WGC Dell Match Play tras empatar su tercer y último partido de la fase de grupos ante Soren Kjeldsen, que jugando sin nada que perder se lo ha puesto muy difícil al canario. La prueba es que Rafa ha tenido que jugar tres menos en el día y empataba el duelo en el último suspiro…
Y una vez más, al margen del magnífico resultado, el jugador español ha vuelto a demostrar una gran fortaleza mental en los momentos decisivos. A saber: se plantaba en el tee del 18 con una desventaja de un hoyo y pegaba un drive mayúsculo para llevar la bola al green en este par 4 corto. Luego, además, estaba a punto de convertir el eagle con un putt soberano de larga distancia. Broche de oro y clasificación por la puerta grande.
Esta es la gran moraleja de su semana, como ya ocurriera en Qatar y en Dubai, donde acabó segundo: Rafa es a día de hoy un jugador más completo, precisamente porque ha subido un escalón en esta delicada y farragosa parcela del control de las emociones. Su buen trabajo le ha costado.
A partir de aquí, cualquiera sabe lo que puede pasar, porque un día medio malo en este formato, y mucho más a partir de ahora, te puede dejar fuera de juego. Incluso en un gran día de golf te puedes ir a casa si resulta que tu rival anda exageradamente inspirado en los greenes, por ejemplo. Pero el trabajo está hecho y la imagen del canario se agranda por momentos en el planeta golf después de haber dejado en la cuneta a jugadores de la talla de Matsuyama o Kisner.
Su rival en octavos es de cuidado, el coreano An, que también se planta en esta ronda rompiendo cualquier previsión, pues estaba encuadrado en el grupo de Fowler y Dufner. Un excelente jugador que a sus 24 años no deja tampoco de crecer y cuyo margen de mejora no encuentra de momento su horizonte.
Minutos después de acabar su partido Rafa no tenía muy claro si ya está dentro del Masters de Augusta (necesita escalar hasta el top-50 del mundo al final de esta semana para conseguirlo). Parece que va a necesitar meterse en cuartos de final para confirmarlo al ciento por ciento, pero la posibilidad real de debutar en el Augusta National tampoco le provoca ninguna ansiedad. Mucho mejor así.
