Una de las razones por las que Sergio es un animal Ryder

Después de nueve Ryder Cup disputadas, con seis títulos y un récord de 25,5 puntos en su haber, no hay duda alguna de que Sergio García es una auténtica leyenda de la competición. Pero la importancia del golfista de Borriol en el equipo europeo va mucho más allá de sus resultados. El español es un animal Ryder y lo demuestra con gestos como el que él mismo ha desvelado recordando una historia de hace casi 15 años.

«Ryder Cup de 2006 en el The K Club. En el primer foursomes juego con Luke Donald. Estamos compitiendo contra Tiger y Jim Furyk. Llegamos al primer tee, le toca golpear a Luke, se prepara… Está claro que no es el golpe más sencillo desde el tee, con agua a la izquierda y un dogleg a la derecha con árboles. Total, ,que le pega a la bola, coge efecto hacia la derecha y termina entre los árboles», comienza relatando Sergio.

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«Entonces veo a Luke agachar la cabeza, obviamente está un poco decepcionado con el golpe y donde le había dejado la bola a su compañero. Así que me paro, le rodeo con mi brazo por los hombros, le miro a los ojos y le digo: ‘Luke, está bien, tío, no te preocupes, tengo un ángulo perfecto desde ahí, lo conseguiremos haremos el birdie’. Me dirijo para allá, pego un buen golpe hasta el green y él termina con un buen putt para birdie y creo que ganamos el primer hoyo», explica.

«Ese tipo de ayuda cuando apoyo mi brazo sobre sus hombros y le digo que no se preocupe, que tengo un buen ángulo desde allí y que todo está bien, hace que él reaccione, levante sus hombros, me sonría y empecemos otra vez ahí, fue fantástico», finaliza el español.

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Sergio, un apasionado de los deportes por equipo, encuentra cada dos años en la Ryder Cup su hábitat natural, el lugar donde se siente más cómodo y disfruta más del golf. Gestos como el que tuvo con Luke Donald en 2006 le convierten en uno de los referentes del equipo europeo. Su carácter latino se deja sentir… al igual que su golf certero y competitivo.