Inicio WGC WGC FedEX St. Jude Invitational 65 golpes, campeón, enfermo… y en tres horas y 50 minutos

65 golpes, campeón, enfermo… y en tres horas y 50 minutos

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Brooks Koepka se besa con su novia Jena Sims tras ganar el WGC FedEx St Jude Invitational.

Brooks Koepka apareció este domingo en el TPC Southwind a las 12.15 del mediodía, cuarenta y cinco minutos antes de su hora de salida. Llevaba un semblante sereno. Nada que ver con el de los periodistas que le esperaban a la puerta del club de Memphis. Es lo que tiene vivir en la época de la información al instante. De la preocupación o ligera inquietud se pasa a la alarma en lo que se tarda en pulsar el botón de tuitear.

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El asunto es que se extendió como la pólvora que a Koepka le pasaba algo y que por eso había tardado mucho en llegar al club. Sin embargo, el Número 1 del mundo estaba de cualquier manera menos preocupado. Todo formaba parte de un plan perfectamente pergeñado y así lo hizo saber cinco horas después tras levantar la copa del campeón en el WGC FedEx St Jude Invitational.

Cuando el río suena, agua lleva, dicen, y lo cierto es que Koepka no ha estado al ciento por ciento esta semana. Concretamente ha tenido una ligera destemplanza. Ahora bien no busquen en él dramas innecesarios, ni teatros calculados, ni historias para no dormir que tanto gustan a otros jugadores. El de Florida lo comentó con su habitual naturalidad desnuda de imposturas. “No me ha afectado para jugar ni para pegar a la bola. No me siento bien ahora mismo, pero no quiero excusas, intento no quejarme, simplemente tiro con ello hacia adelante. La gente va a trabajar enferma cada día. No pasa nada”, asegura rotundo.

«No me siento bien ahora mismo, pero no quiero excusas, intento no quejarme, simplemente tiro con ello hacia adelante. La gente va a trabajar enferma cada día. No pasa nada”

Quizá, la mejor definición de lo enfermo que puede llegar a estar Koepka la hizo su entrenador, Claude Harmon III, también al acabar el torneo. “Brooks estaba todo lo malo que puede estar él…  No ha entrenado esta mañana en el gimnasio y se ha ido a la cama todos los días a las ocho de la tarde”, apuntó.

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Precisamente, ese enfriamiento está detrás de la decisión de apurar más el calentamiento el domingo. “Normalmente llego al campo 55 minutos antes de la hora de salida, pero los domingos suelo apurar más, sobre todo, si no me encuentro demasiado bien como esta semana. Quería guardar las energías al máximo para el campo de golf. Este campo lo conozco muy bien y había realizado el calentamiento y los estiramientos antes de venir. No necesito pegar muchas bolas en la cancha de prácticas”, señaló. Pues bien, en estas condiciones también es capaz de tirar 65 golpes y ganar su primer Campeonato del Mundo. Es un Número 1 con todas las de la ley.

Y por si fuera poco, lo hizo tardando en su ronda final un total de tres horas y 50 minutos junto a Rory McIlroy. Es decir, predicando con el ejemplo contra el juego lento. Definitivamente, un tipo como Koepka le quita mucha tontería a las cosas que siempre rodean el deporte profesional y que se empeñan en enturbiar lo que realmente es importante. 

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Por cierto, chapó en sus declaraciones respecto a Rory. «Siempre es emocionante ganar un torneo y mucho más cuando te enfrentas a jugadores como McIlroy, sin duda uno de los mejores ahora mismo. Es imposible no quedarse con la boca abierta cuando pega a la bola. Es algo fascinante. Seguro que el público habría querido más emoción entre los dos en el hoyo 18, pero él no ha tenido hoy su mejor día». No hay mucho más que añadir.