– Jon Rahm, en un campo de golf y con un palo en la mano, no tiene miedo a defraudar a nadie, mucho menos a sí mismo, aunque sufra los errores como punzantes alfilerazos, lo que al fin y al cabo es normal. Este es un ingrediente básico en la sabrosa receta del vasco. Por eso es capaz de emparejarse con Spieth, Fowler, Kaymer y quien sea y seguir paladeando a pleno rendimiento y satisfacción. Prepara meticulosamente el juego y luego… Sale y juega. Nada más (y nada menos).
– Seamos prudentes y no nos pongamos a hacer acopio virtual de triunfos sonados antes de tiempo. Va por esta semana (quedan 54 hoyos y mucho alambre por recorrer) y por lo que tiene que venir, que la temporada no ha hecho más que comenzar. Pero la exuberancia de Rahm y la probada burbuja mental de nueva generación de Sergio nos van a llevar de cabeza, seguro, a numerosas y variadas jornadas de auténtica emoción. De época. De infarto. Que se gane o no (de momento ya suman dos victorias, qué más se puede pedir en los albores de marzo), no depende sólo de ellos. Hay por ahí unas cuantas docenas de monstruitos dispuestos a dejarte meses en ayunas. Y años, señores, y años.
– Aunque probablemente le pese a Donald Trump (hay maldades morbosas que brotan solas), el primer gran triunfador de la semana en el WGC Mexico Championship es el recorrido del Chapultepec Golf Club. No es una reflexión que trate de vallas o muros, no. No iremos tan lejos ni seremos tan retorcidos. Se trata de que nadie echa de menos su joya de Miami, el Trump National Doral, la anterior sede del torneo. Hay que reconocer con honestidad que el campo de Trump es hoy una verdadera maravilla tras la profunda remodelación promovida por el excéntrico presidente de los Estados Unidos. Un fantástico escenario para un gran torneo. Lo cortés no quita lo valiente. Pero el campo mexicano, cuajado de solera, ha transformado el decorado por completo y nos permite examinar a los mejores del mundo en otros registros, de otra manera. Quiero yo ver, no obstante, si de verdad se jugará aquí siete años (eso es lo que está firmado, desde luego) y si no habrá alguna estrella que, probada la experiencia, se raje en futuras ediciones… De momento, ni una sola mala palabra ni nadie que le eche la culpa al empedrado.
– Hace algo más de 17 años, en noviembre de 1999, se jugó en Valderrama la primera edición de este campeonato del mundo, entonces American Express, hoy Mexico Championship. En aquella ocasión, después de la primera jornada, el líder era Vijay Singh, que firmaba un 67 en el recorrido andaluz, con Jim Furyk a un golpe y Phil Mickeson, a dos, empatado con un nutrido grupo de jugadores en tercera posición. Algunas cosas cambian, como es de ley, y otras no tanto. Y tiene aún más gracia el asunto porque no han sido pocos los jugadores que esta semana han comparado el campo del Chapultepec Golf Club con Valderrama. Pues eso: algunas cosas cambian y otras no tanto.
Hoy, en México City, sólo tenemos a cuatro de los 62 jugadores que estuvieron en Valderrama: Furyk, Mickelson, Westwood y Sergio. Dos de ellos son líderes esta semana tras la primera jornada, Phil y Lee, y el español está situado a un solo golpe. Son como el buen vino…
