Inicio Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016 El oro de Rose, un gran broche a un exitoso retorno
cabrera bello acaba en quinta posición y sergio garcía octavo; stenson fue plata y kuchar, bronce

El oro de Rose, un gran broche a un exitoso retorno

Compartir

– Después de un eterno reinado de 112 años el canadiense George Seymour Lyon encuentra al fin sucesor en lo alto del podio de la competición de golf olímpica, el inglés Justin Rose (-16). Y no está mal, si respetamos la tradición, que sea un británico quien se lleve los honores. Puestos a concretar, y sin posibilidad alguna de que la Armada se llevara el gato al agua, tampoco está mal que canten victoria los ingleses, entre quienes no hubo dudas a la hora de acudir a Río. Los Juegos han honrado al golf y este deporte, sin duda, ha honrado también a los Juegos: espectáculo sobre el verde, interés, audiencias, gradas llenas, más de seis mil espectadores ‘in situ’ el primer día de competición… Una cifra que, a falta de datos oficiales, ha podido hasta triplicarse en la jornada decisiva.

Casi desde hoy podría apostarse a favor de que el único borrón, el de las grandes ausencias, quedará subsanado dentro de cuatro años en Tokio. Hay dinámicas que se ven venir, imparables, y los jugadores que han acudido han vivido una experiencia única y lo van a vocear convenientemente. En pocos campos del mundo se habrá visto resoplar de alivio o exclamar de pura angustia a Matt Kuchar (-13), el hombre impasible de la sonrisa peremne, como se le ha visto hoy en el Campo Olímpico. O gritar de pura desesperación a Sergio García tras fallar un putt de dos metros…

– Kuchar, precisamente, resolvía al final con autoridad el asalto al tercer cajón del podio, el de la medalla de bronces que hoyo a hoyo se le iba escapando de las manos a Marcus Fraser. Confirmada la debilidad del australiano desde el mismo inicio de la ronda los ataques a su posición fueron llegando desde todos lados. La plata y el oro eran harina de otro costal. En ningún momento parecieron al alcance de nadie que no fueran Justin Rose y Henrik Stenson (-14). El sueco, sin embargo, se deshizo cuando menos cabía esperarlo, mucho menos teniendo todavía en la retina su carga acorazada en Royal Troon. Porque al 18 se llegó con los dos líderes empatados, pero Stenson hizo bogey con tres putts.

– La actuación de los españoles ha estado a la altura de las circunstancias. Dos diplomas no son minucia. Rafa Cabrera Bello (-8, quinta posición final) llegó además a meterse de lleno en la pelea por el bronce. De hecho, durante unos hoyos ocupó la tercera plaza en la clasificación. También Sergio García (-7, octavo) llegó a oler la sangre, viniendo al galope desde atrás tras saldar los primeros nueve con un parcial de cuatro menos. Pero ambos hubieran necesitado un final eléctrico y ninguno encontró el hoyo en el momento decisivo. Digamos en todo caso que el 63 final de Kuchar, que igualaba el récord del campo establecido el jueves por Fraser, hizo justicia al ganador del bronce. Quedó dicho (o escrito) 24 horas antes: en un campo donde se podían hacer resultados bajos iba a hacer falta un tarjetón para aspirar al tercer puesto. Así ha sido.

– A Sergio le ha costado cogerle el ritmo a la competición. Es posible, incluso, que estuviera algo más tenso de lo habitual, contando y descontando birdies y bogeys en su cabeza antes de tiempo, desde el mismo jueves. A Rafa, en realidad, sólo le han sobrado tres hoyos en toda la semana, sin los cuales hubiera luchado incluso por algo más que el bronce. El canario, de cualquier modo, se apunta otro resultado de granito en la mejor temporada de su vida, la que le va a llevar de cabeza a debutar en la Ryder Cup, porque una vez más ha defendido los puntos con una solvencia que debe colmar de tranquilidad a Darren Clarke.

– El escenario tampoco ha defraudado. Un campo con miga, aunque tenga que cuajar. Al fin y al cabo los campos de golf son algo así como impredecibles e inabarcables seres vivos que tienen que asentarse, echar raíces, acomodarse, ganar peso, cuerpo, ponerse lozanos y regordetes… El Campo Olímpico de Río, diseño de Gil Hanse, es más que digno. Interesante y puñetero, dicho en el mejor de los sentidos, al contar casi siempre con el viento como aliado. Un híbrido de links al que, ya puestos, quizá le hubieran quedado bonitos y adecuados unos bunkers al estilo escocés del XIX.

Resultados en directo