
Hace no mucho tiempo ni siquiera era noticia que una coreana estuviera al mando de un Grande femenino a falta de 18 hoyos. Es más, en el siglo XXI, por momentos decir o escribir algo así ha sido casi de perogrullo.
Desde el primer Major del año 2000, el entonces llamado Nabisco Championship, hasta el pasado US Open, se han celebrado un total de 108 Grandes, de los cuales han acabado en victoria coreana cerca de un tercio. Exactamente, 33.
Es más, desde el año 2000, sólo en cinco ocasiones Corea del Sur se quedó una temporada en blanco: 2000, 2003, 2007, 2010 y 2021. Esto significa que en los últimos 24 años, en 19 al menos hubo una victoria surcoreana en Grandes. Era el imperio.
Y decimos era porque la dinámica parece haber cambiado en los últimos años. De hecho, Corea del Sur vive ahora mismo la peor racha de este siglo en los Majors. Suma ya nueve seguidos sin ganar, lo nunca visto desde que pagamos con euros. La anterior peor racha del golf surcoreano fue entre el US Open de 1998 y el British Open de 2001. Ambos los conquistó Se Ri Pak y la sequía entre los dos fue de doce Grandes.
Corea del Sur es el gran imperio del golf femenino en el siglo XXI y ahora su orgullo está herido y en manos de Amy Yang (-7), dispuesta a acabar con la mala racha de su país y, de paso, cerrar su particular herida. Tiene 34 años y es la jugadora en activo con más top 10 en su carrera en Grandes sin haber podido conquistar todavía uno. Exactamente, tiene 21 e incluyen dos segundos puestos, un tercero y doce top 5. La primera vez que acabó entre las diez mejores fue en 2009 y desde entonces lo ha hecho más de una vez cada cuatro Majors que ha jugado. Si alguna se merece un Grande, es ella.
Yang ha firmado este sábado una gran ronda de golf de 71 golpes, rubricada en el 17 con un extraordinario putt de birdie de unos once metros. Ha hecho tres birdies y dos bogeys y, sobre todo, ha librado los problemas que ofrece el Sahalee Country Club. Ese último birdie en el 17 tiene un enorme valor, ya que le permitió borrar de un plumazo el mal sabor de boca por el bogey en el 16. Es la clave de Yang esta semana. Está fallando menos que nadie. Sólo tres bogeys en 54 hoyos. Casi una proeza en este campo.
Tiene dos golpes de ventaja sobre Lauren Hartlage (-5), una de las cinco jugadoras que ha logrado bajar de 70 golpes en la tercera ronda, y Miyu Yamashita (-5), la única golfista junto a Yang que ha entregado tres vueltas bajo par esta semana. Además, a tres golpes está Sarah Schmelzel (-4), a la que da la sensación de que una vez más el Grande se le va a hacer largo, y cuatro sobre Lexi Thompson, Caroline Inglis, Jin Young Ko, Hinako Shibuno y Lilia Vu, todas con -3. La lógica indica que la línea de corte de candidatas a la victoria hay que cerrarla aquí. De todas ellas, a priori la más peligrosa es Vu. De hecho, ya lo hizo en el Chevron Championship del año pasado. Llegó por detrás y superó a todas con la mejor vuelta del día. Amy Yang estaba entre las jugadoras que salieron por delante de ella ese domingo.
Azahara Muñoz (+12) ha vivido una auténtica pesadilla en el tramo final de su tercera vuelta. Arrancó por el hoyo 10 y a su paso por el 18 aguantaba con un valiosísimo parcial de par, con bogey y un birdie. Sin embargo, sus siete últimos hoyos fueron muy duros. Firmó un parcial de ocho sobre par, con cuatro bogeys y dos dobles bogeys, y perdió muchas posiciones en la clasificación. Eso sí, todo lo que sea jugar bajo par el domingo le permitirá recuperar una buena parte del camino perdido en esas dos últimas horas fatídicas.