Una multitud se estrujaba contra las vayas para buscar un autógrafo, una foto, un ‘give me five’, una simple mirada… Estamos en el green del 18 del Augusta National y Tiger Woods acaba de terminar su primera ronda de práctica previa al Masters. Es uno de los más tempraneros, como siempre. Le piden la gorra, una bola, el guante, el arreglapiques… Cualquier cosa es vista como el más preciado botín.
En medio de la nube de aficionados, marshals, fotográfos, curiosos, voluntarios y miembros de seguridad se divisa con dificultad la espigada figura del australiano Richard Green. Pasa desapercibido. Casi, casi, como si fuera un amateur que acaba de jugar su habitual ronda de los lunes en el club de toda su vida. Tiger no atiende a los medios porque tiene rueda de prensa oficial, así que los periodistas se lanzan a por Green. Ninguna pregunta de su juego. Sólo interesa el número 1 del mundo…
Es curioso que la primera ronda de prácticas en el Augusta National haya emparejado a Tiger, de 32 años y cuatro chaquetas verdes a sus espaldas, con Richard Green, de 37 años y debutante en Augusta. También iba, por cierto, Mark O’Meara, también ganador del Masters y un clásico en las rondas de prácticas de Tiger en Augusta. “Ha sido muy divertido. Jugar con Tiger siempre es especial”, comentaba Green nada más terminar.
“Si no estás habituado es difícil concentrarse porque arrastra mucha gente. Lo normal es que cuando yo hago una ronda de prácticas sólo haya unos pocos marshals mirando. Con Tiger todo es diferente”, explica el zurdo.
Richard Green (el apellido no puede ser más apropiado para este deporte y más para un recorrido como el de Augusta) jugará el Masters gracias al cuarto puesto que obtuvo el año pasado en el British. Ha visto cumplido un sueño. “Mi carrera entera ha estado marcada por este torneo. Desde que tenía seis años veía por la tele el Masters. Vi las victorias de Nicklaus. De hecho, guardo una cinta de principios de los ochenta que he visto varias veces”. Los cicerones de Green en Augusta no pueden ser mejores: por la tele, Nickalus, seis veces ganador del Masters, y en el campo, Tiger, cuatro veces ganador en Augusta. Ojo con Green porque tiene un juego muy seguro, acorde a las necesidades de Augusta y ya demostró en Carnoustie que bajo máxima presión sabe responder. Allí hizo la mejor vuelta del último día.
Estos son los contrastes que ofrece Augusta. La ronda de prácticas del lunes congregó a más gente que cualquier domingo de un torneo del circuito Europeo. EN Augusta se respira golf y todo es especial.
