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Los tres gestos de Bubba

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A las dos de la tarde del domingo el campo de prácticas del Augusta National ofrece una panorámica que estremece. El sol empieza a caer, apenas hay público y la calma mística sólo se rompe por el sonido metálico de algún drive. Es un momento íntimo. Sólo hay cuatro jugadores, los cuatro que salen en los dos últimos partidos, es decir, los cuatro que más opciones tienen de ganar el Masters. La tensión se puede masticar.

Se ponen muy juntos, apenas dos metros separan a Jonas Blixt de Matt Kuchar y dos metros más allá está Jordan Spieth. Es curioso, tienen el campo de prácticas para ellos, pero prefieren darse calor. Silencio absoluto, algún guiño, algún toque en la gorra y poco más.

Entonces llega Bubba Watson. Parece salido de otra película. Viene hablando alto, a borbotones, charla con uno, con otro, bromea. La escena se rompe. Ya no hay paz. Aseguran los que le conocen que no es casual, que se trata de una estrategia cuando está nervioso, para no pensar en otras cosas y, de paso, apabullar un poco al personal.

Lo que más sorprende, no obstante, es su ubicación. El campo está libre por completo y decide meterse entre Blixt y Kuchar. Ahora ya están los tres pegados, hasta el punto de que parece que se pueden tocar durante algún swing de prácticas. Bubba sigue hablando y, mientras, saca su drive rosa y empala un primer golpe de 350 metros.

Tampoco es algo casual. No es agradable estar pegando tus wedges o tus maderas y que venga el pegador más largo del circuito, el chico que ya tiene una chaqueta verde (ahora dos), y muestre su poderío de pegada desde el tee. Se entiende igualmente como una táctica intimidatoria.

El tercer gesto se produce en la zona de approach. Está Jonas Blixt pegando algunos golpes delicados rodados cuando empieza ver una bola que pasa muy cerca de su palo, a unos 30 centímetros, en su campo de visión… Pasa una segunda bola y una tercera y una cuarta… El sueco mira hacia atrás y ve que se trata de Bubba Watson, que se ha puesto tres metros detrás en la misma línea que Blixt.

Puede ser todo una casualidad, pero lo que le conocen bien aseguran que es su manera de amedrentar a los rivales. Tres gestos que bien pueden valer algún botón de la chaqueta verde… o una manga completa.