Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2016 Rafa saborea el lado más amargo del Augusta National
El canario firma una gran vuelta de golf ensombrecida por los cinco putts del hoyo 5

Rafa saborea el lado más amargo del Augusta National

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Rafa Cabrera Bello (+6) ha terminado su tercera vuelta en el Masters de Augusta (75 golpes) mascando arena, decepcionado, contrariado por una ronda de golf que habría sido excepcional de no mediar un terrible cortocircuito en los greenes entre los hoyos 5 y 9. Ha sido un parcial en los que ha tirado 16 putts, empezando por cinco en el cinco (el primero desde el antegreen) y seguido por tres tripateos casi consecutivos en los hoyos 6, 7 y 9. Es la decepción de quien sabe que se le ha escapado entre los dedos una vuelta que, sin ser mala (la media hoy está por encima de 75 golpes) podría haber sido muy buena.

No ha sido un problema de actitud o de bajar los brazos, ni siquiera ha sido un enfado que hasta cierto punto podría resultar lógico, realmente Rafa se ha quedado noqueado. «En el 5 me he dedicado a dar escobazos alrededor del hoyo y eso es lo que ha matado la vuelta, me ha masacrado, ha destruido un resultado que podía haber sido mucho mejor. Tras los cinco putts he tenido unas posiciones que no son precisamente las deseables en esa situación. He tenido putts difíciles, con pianos en medio. Realmente, salvo el primer putt del hoyo 6, que me he quedado demasiado corto, ni siquiera han sido malos putts. Es una pena porque en ese tramo se me han escapado cuatro o cinco golpes después de haber hecho lo más difícil que era empezar fuerte con birdies», asegura.

Rafa ha terminado decepcionado porque ha salido con un plan ambicioso. Se sabe fuerte, está jugando un gran golf y con las condiciones tan complicadas ha salido al ‘moving day’ dispuesto a liarla. Y no ha estado tan lejos. En cualquier caso, su sensación no es nueva en Augusta. Es un clásico. Cada semana, cada día, hay varios jugadores que se marchan a su casa convencidos de que el resultado no les ha hecho justicia. Es la vara de medir de este campo que lleva al límite, una montaña rusa de golf, un paseo por el alambre en el que la diferencia entre un birdie y un doble bogey es a veces cuestión de un palmo.

Rafa relata de la siguiente manera los cinco putts del hoyo 5, el momento crucial del día: «el primer putt desde el antegreen ha estado a un palmo de ser muy bueno, iba justo por el sitio y se habría quedado muy cerca. Era un putt en ‘L’, con la idea de dejarla muerta arriba y que cayera al hoyo, pero se ha quedado un poco corta y ha caído. Después he tenido un putt de tres metros y medio y me he pasado uno y medio. El siguiente lo he tirado a morir y la he empujado un poco. Aún así, se ha pasado otro metro y medio y el de vuelta lo he fallado porque así es Augusta y sus greenes, tenía dudas por lo que había pasado y si no tiras firme y con determinación es muy difícil que entren los putts», asegura.

Dicho esto, también hay muchas cosas positivas en la vuelta de hoy de Rafa. Más allá del juego, que ha sido muy brillante, hay que destacar la ambición que está demostrando en su primer Masters, así como su capacidad de recuperación a partir del hoyo 9. «Lo que me he dicho en el tee del hoyo 10 no sé si puedo reproducirlo… Bueno, en realidad ha sido, vamos Rafa, a ver si tienes lo que hay que tener para hacer tres birdies de aquí al final y acabar al par». Finalmente sólo ha hecho un birdie, pero no ha estado tan lejos del objetivo. En el 15 y en el 16 se le han escapado dos opciones muy buenas, mientras que en el 18 realizaba una magnífica recuperación.

El momento más brillante de la vuelta ha sido en el 13. Ha embocado para birdie desde la calle tras mandar al agua el segundo golpe. «He bloqueado un poco el tiro y pensaba que el viento la cogería más. Aún así, sabía que aún yendo al agua la recuperación no era difícil. Por suerte ha entrado. Ahí me ha devuelto un poco de lo que me había quitado antes… Ha sido un momento genial», explicaba con una sonrisa.

Cabrera Bello saldrá el domingo con el mismo plan que hoy. Su idea es ganarle al menos una batalla a Augusta, aunque sea la última y acercarse lo más posible al top ten del torneo.