Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2017 CRÓNICA | Sergio abre el armario donde se guarda la Chaqueta Verde
García saldrá colíder del Masters el domingo tras rubricar una brillante tercera jornada

CRÓNICA | Sergio abre el armario donde se guarda la Chaqueta Verde

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Sergio García (-6) es colíder del Masters de Augusta a falta de 18 hoyos. El jugador español ha entregado una tarjeta de 70 golpes en la tercera jornada y saldrá este domingo en el partido estelar junto a Justin Rose. Una oportunidad de oro fabricada a golpe de buen golf y toneladas de paciencia. Hay un plan y Sergio no se sale.

García tiene muy claro el guión desde el jueves. Vendrán curvas, resbalones, malos golpes, alguna caída invisible y maldita, un borde de hoyo por acá, un tripateo por allá, pero la actitud no debe cambiar. Hay que ser positivo, aceptar lo malo cuando llegue y buscar siempre lo bueno.

Sergio está jugando en Augusta con el deseo de que pasen cosas buenas, no con el miedo de que pueda venir un descalabro. La línea entre una sensación y otra es delgadísima, pero decisiva. Nadie sabe lo que pasará después, pero el jugador sí puede controlar de qué manera afronta el momento.

Quizá por esto, quién sabe, su bola en el approach del hoyo trece sacó las uñas y se agarró al rough como si le fuera la vida en ello cuando iba cuesta abajo directa al lago. Se aguantó. Vamos a llevarnos bien, pareció decirle con una medio sonrisa la bola a Augusta mientras hacía equilibrios en el rough para no caer.

Sergio llegó después y conectó un approach mágico. Birdie hecho. No hay lamentos porque se había quedado algo corto en el segundo tiro, a quién no le pasa, hay determinación por hacer el mejor golpe posible en el siguiente intento. Y así fue. Es el gran trabajo que está haciendo García esta semana. En cada golpe, en cada decisión. Porque esto no es como la lista de los reyes Godos, que uno la memoriza y la suelta al día siguiente como un papagayo. El control de las emociones y la paciencia hay que trabajarla en cada golpe, en cada decisión, en cada conversación con el caddie.

Sergio está en paz con Augusta y ha decidido que sólo se trata de golf. Lo que yo tengo contra lo que tú tienes. Y a ver quién gana. El despliegue del golfista de Borriol ha sido majestuoso. Ha jugado de manual de tee a green, se ha metido en muy pocos problemas (una calle fallada en el 7 y un tripateo en el 9), cosas que pasan en Augusta, y ha ido conectando un golpazo tras otro.

Ha hecho los birdies en los dos pares 5 de los segundos nueve del Masters, como mandan los cánones. Además, ha pegado tirazos en el 11, 12 y 14 y ha destapado el tarro de las esencias alrededor de green. Sus approachs en los hoyos 13, 15 y 16 han sido fabulosos. La guinda a esta brillante actuación fue el excelente putt que embocó en el 5 para abrir la lata y bajar las pulsaciones.

Sergio ha dado hoy un paso adelante. Le ha dado un manotazo al fantasma de los sábados del Masters igualando su mejor tercera vuelta aquí y con mucha calma ha abierto la puerta del armario que guarda la chaqueta verde. De momento la ve, pero no la toca. Eso aún tiene que ocurrir mañana. La batalla no ha terminado, ni mucho menos. Rose está empatado con él, a un golpe está Rickie Fowler, a dos se encuentran Jordan Spieth, Charley Hoffman y Ryan Moore y a tres está Adam Scott. Estos serán los grandes rivales de Sergio este domingo por ganar el Masters de Augusta, aunque tampoco deberíamos descartar a Charl Schwartzel (-2), así como a Lee Westwood y Thomas Pieters, ambos con -1. La lista de posibles candidatos, por tanto, podríamos reducirla a los diez que ahora mismo aguantan bajo par. Y es que aunque no ha soplado el viento, las condiciones de juego han sido difíciles. Los greenes se van poniendo cada vez más duros y rápidos y las banderas no son precisamente una bicoca.

Jon Rahm (PAR) ha estado muy cerca de estar en ese grupo de jugadores que marchan bajo par. Tres errores finales en los hoyos 15 (el approach era más rápido de lo que él pensaba), 16 (no leyó bien la enorme caída de este green) y 17 (se tiró a muerte a por el birdie y se dejó una vuelta muy delicada) le han cambiado el paso y lo ha dejado algo lejos de la gran pelea.

Es cierto que de Jon se puede esperar cualquier cosa viniendo desde atrás. El ataque está garantizado. Ya lo hizo en Torrey Pines y ganó el Farmers. Así que, no lo descarten de momento. Al menos, esperen al hoyo 9 del domingo, no vaya a ser que se meta en la jarana y Augusta comience a rugir a su paso. Siempre hay alguien que viene desde atrás y anima el cotarro en la última ronda y Jon tiene varias papeletas en el bolsillo. Si su putt se enciende, que venga el público a Augusta con la garganta bien aclarada.

Sergio tiene una cita con la historia. Se encuentra a 18 hoyos de lograr algo con lo que viene soñando desde mucho antes de que lo llamaran El Niño. Puestos a tener un domingo de esta envergadura qué mejor que hacerlo el mismo día que Severiano Ballesteros habría cumplido sesenta años. Eso ocurrirá este domingo, día 9 de abril. ¿Se les ocurre un mejor compañero de viaje para los últimos 18 hoyos del Masters? Parece que no…