Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2017 Jon Rahm y los dos consejos de Mickelson y Ben Crenshaw
El golfista de Barrika vive una primera jornada de prácticas en Augusta de lujo junto a seis chaquetas verdes

Jon Rahm y los dos consejos de Mickelson y Ben Crenshaw

Compartir

Jon Rahm está a punto de pegar su primer golpe oficial en el Augusta National. Entendamos por oficial la semana del torneo. Son las ocho de la mañana. No se podía jugar antes. Atasco en el tee. Atasco serio.

Va a jugar con Phil Mickelson, Mark O’Meara y Rod Pampling, pero además están allí mismo esperando su turno Rory McIlroy, Rafa Cabrera Bello o José María Olazábal. También aparecen Ben Crenshaw y Carl Jackson, su caddie de toda la vida, con más de cincuenta Masters de Augusta con la bolsa a la espalda.

No hay mejor terapia de choque para quitarte de encima la presión de un escenario que tanto impone. Ahí mismo, pegando a la bola mientras una batería de chaquetas verdes está clavando sus ojos en ti. Rahm pega más largo que nadie y a calle. Otra más… Sigue impresionando lo poco que se puede impresionar Jon. O al menos, lo poco que lo demuestra. Él va a lo suyo, disfrutado y succionando información al mismo tiempo. Todo suma. Todo cuenta. No tarda nada además en decidir si eso le vale a él o no.

Bajan la calle del 1 en animada tertulia. Resulta que no, que Ben Crenshaw y Carl Jackson no pasaban por ahí. Se pegan a Jon y Mickelson durante los nueve primeros hoyos. Una compañía de lujo. Una clase magistral de Augusta National en seis horas. Una ronda de entrenamiento junto a seis chaquetas verdes.

Crenshaw, que ya practicó con Jordan Spieth en sus primeros años de Masters, habla mucho con Jon. Se fija en su putt como si estuviera sacándole la esencia. Ya lo siguió en la final del WGC Dell Match Play contra Dustin Johnson. Se metió por dentro de las cuerdas y lo pudo ver de cerca en su campo. Ahí fue disfrute. Hoy ha sido pasión por contagiar al joven su pasión por el Masters y Augusta y, de paso, ayudar en lo posible. Una leyenda.

Mickelson también comenta cosas con Jon, aunque también van compitiendo. Ni uno ni otro entienden el golf de otra manera. No hay vuelta de golf que hagan juntos en la que no haya algo de por medio. Hoy también hay apuesta. Phil la mete desde la calle en el 3… Dos arriba. Toca apretar a Jon.

Fuzzy Zoeller ha sido el último golfista en ganar el Masters de Augusta al primer intento. Fue en 1979. Han pasado 38 años. No, no es una casualidad. Hay que aprender y hacerlo de la manera más rápida posible. «Phil me ha dicho que haga mi juego, que no piense tanto en el campo sino en mi manera de jugar porque lo estoy haciendo genial». Es el consejo que se le ha quedado grabado a Jon.

Crenshaw fue un poco más concreto, aunque también sencillo, nada de marear al jugador a 48 horas de empezar el torneo. «Me ha insistido en una cosa muy simple: que los putts los tire por la parte alta y suave. Nada más». Y nada menos. Hablamos de uno de los mejores pateadores de la historia.

Así se vive una clase magistral de golf en Augusta junto a seis chaquetas verdes. Y mañana dos más. Jugará con Jose María Olazábal nueve hoyos antes de los pares 3.