Tiger Woods se ha llevado una profunda decepción por el aplazamiento del Masters de Augusta. El vigente campeón, que conquistó en 2019 su quinta Chaqueta Verde, asegura que se sentía fuerte y en buena forma para competir por la sexta. Podía notar la adrenalina fluyendo junto con una extraña sensación. Admitió que estaba enfadado.
En lugar de volar al Augusta National para el Masters esta semana, se encontraba en su casa en Florida, donde la única competición por ganar un Masters era una de putting con su hijo de 11 años, Charlie.
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“Me sentí enérgico, realmente vivo, eléctrico y un poco irritable y no sabía lo que estaba sucediendo”, dijo Woods en una entrevista con GolfTV difundida esta semana. “Creo que mi cuerpo, subconscientemente, sabía que debería estarme preparando para irme y comenzar a jugar en el Masters”.
“Mi cuerpo estaba listo y yo no sabía por qué estaba actuando de esa manera”, dijo. “Es una locura”.
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La entrevista, grabada el miércoles con un canal con el que tiene un contrato de patrocinio, fue su primera desde la ronda final del Genesis Invitational en febrero. Woods decidió no jugar en los cuatro torneos siguientes para dosificar su espalda. Y entonces la pandemia del COVID-19 obligó a suspender el golf y otros deportes.
Woods ha estado en casa con sus dos hijos y su novia, montando bicicleta como ejercicio, jugando golf ocasionalmente en el Medalist Club y teniendo duelos de putting con Charlie, con la chaqueta verde para el ganador.
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Otro detalle de la época que estamos viviendo. Nunca un campeón del Masters ha mantenido la chaqueta más famosa del golf en su casa durante tanto tiempo. Woods no tendrá que devolverla a su taquilla del Augusta National hasta que regrese para defender su cetro. Y eso no ocurrirá antes de noviembre, como mínimo.
“No es la forma en que me habría gustado quedarme con la chaqueta por un largo tiempo”, dijo Woods. “Yo quería salir, competir y ganarla de nuevo, como lo hice en el 2002. Pero no es una circunstancia normal, no es un mundo normal. Es un ambiente muy cambiante y es muy diferente para todos. Afortunadamente, parece que podríamos tener un Masters en noviembre y jugar entonces. Parece que si hay suerte estaré defendiendo entonces”.
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Mientras tanto, comenzó a jugar por la chaqueta con Charlie al arranque del año, aprovechando que la tenía en casa.
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“No sé si podré defenderla, no sé si podré ganarla de nuevo, pero aprovechamos el momento para divertirnos un poco con ella”, dijo Woods. “Ocasionalmente, ha ido a parar a su armario. Mayormente se ha quedado en el mío. Pero el hecho es que él ha logrado ganarla, porque no se regalan victorias en esta familia. Ha sido bueno verlo burlarse de mí y lucir la chaqueta, ponerla en su armario, donde él dice que debe estar”.