Han pasado sólo cinco meses desde el último Masters de Augusta, aunque para Jordan Spieth parece que fue hace ya un siglo. Su vida deportiva ha dado un giro de 180 grados. En el último Masters de noviembre no aparecía en ninguna quiniela. Llegaba en el puesto 80º del ranking mundial y su nombre no cotizaba para la victoria. Hoy, después de ganar este domingo el Valero Texas Open y a la vista de su trayectoria en las últimas semanas, es el segundo máximo favorito en todas las casas de apuestas. Sólo Dustin Johnson está por delante de él. La noche y el día.
Spieth vuelve a ganar cuatro años después y llega lanzado al Masters
Más allá de su triunfo en el TPC San Antonio, hay cinco claves para entender por qué Spieth se ha convertido en un visto y no visto en el rival a batir en Augusta.
1.- La primera de todas es la más obvia. Viene de ganar, lo que se traduce en un buen momento de forma. Además, en sus siete últimos torneos ha firmado cuatro top 5 y cinco top 10. Su peor resultado es un 48º en el THE PLAYERS. «No hay una frase que más feliz pueda hacer a un golfista que ‘estar en forma’. Yo puedo decir que llego al Masters en forma. Eso está claro y mentalmente es una alegría».
2.- La segunda razón tiene que ver con las cosas que ocurren cuando Jordan Spieth está en forma. Su historia lo delata. Ha ganado tres Grandes y en las tres ocasiones venía de jugar muy bien y hacer un gran resultado la semana anterior. Cuando se impuso en el Open Championship de Royal Birkdale en 2017, venía de ganar el Travelers la semana antes. Cuando ganó el US Open en 2015 venía de ser tercero en el Memorial y cuando ganó el Masters de ese mismo año 2015, venía de ser segundo en el Valero Texas Open. Hay una conexión. Es más, todas sus victorias vienen precedidas de una buena semana previa. Jamás llegó al torneo de turno con un corte fallado. Su peor resultado fue un 35º en el US Open la semana antes de ganar el Travelers. Es decir, a Spieth el estado de forma le cunde.
Valero Texas Open 2021: los mejores golpes de la última ronda
3.- Su conexión con Michael Greller, su caddie, ha vuelto a ser eléctrica. Su relación va más allá de lo laboral y este domingo fue decisiva de nuevo. Spieth confesó tras levantar el trofeo que Greller fue clave para tranquilizarlo cuando sentía que las pulsaciones se le estaban disparando frente al acoso final de Charley Hoffman. «Mike me agarró y me dijo. Tienes que estar tranquilo. Tú te estás jugando mucho menos que tus otros dos compañeros de partido. Hoffman se juega su plaza en el Masters y Wallace está peleando por la tarjeta para el próximo año. Tú eres el que menos presión debes sentir. Y me ayudó mucho con sus palabras».
4.- Hay tres golpes señalados en la ronda final que se le han quedado grabados a Spieth. El primero fue su approach en el hoyo 17, después de que Hoffman, que estaba en ese momento a un golpe, se dejara una buena opción de birdie. La dejó a dos metros . El segundo es el putt de birdie en ese hoyo 17 tras el approach. Lo metió con seguridad por todo el centro para salir con dos golpes de ventaja al último hoyo. El tercero es el drive, su gran talón de Aquiles, en el hoyo 18. «Son tres golpes que me han demostrado que puedo pegar los golpes que necesito en momentos de máxima presión y cuando me estoy jugando la victoria. Los golpes que necesito cuando los necesito«, asegura. Hacía tiempo que no tenía esa sensación.
La genialidad de Jordan Spieth en el 17 del Valero Texas Open
5.- La quinta clave que convierte a Spieth en el rival a batir tiene que ver con su actitud en el campo el domingo. Esta es quizá la más importante. «He aprendido de los últimos domingos en los que he estado para ganar que me ha podido la ansiedad. No he tenido la paciencia suficiente para aguantar y, sobre todo, he pensado demasiado en el resultado y la técnica en momentos de presión. Este domingo he dejado a un lado los resultados y la técnica y he jugado con más libertad. Me he acordado de Bubba Watson y he pensando en jugar como él, con libertad. Soy un jugador que cuando me siento libre a la hora de pegar un golpe me encanta lo que hago, y cuando me encanta lo que hago es más fácil que salga bien», remacha.
6.- Y la sexta, y no por ello menos importante, el putt. Spieth pateó ayer como los ángeles, como en sus mejores tiempos. Bajo máxima presión fue capaz de meter todos y cada uno de los putts que tenía que meter. Esto sí que da miedo…
Spieth llega, además, a su jardín privado. Augusta es su campo favorito. «Es muy especial para mí. Da igual cómo esté jugando que siempre despierta cosas distintas en mí, pero si encima vengo en un buen momento, mucho mejor», afirma. Sus resultados lo dicen todo. Ha jugado siete veces y tiene una victoria, dos segundos puestos y un tercero.
