Confío en Jon Rahm. Por supuesto, quiero que gane con todas mis fuerzas. Pero no sólo quiero, también creo que va a conseguirlo. Es verdad que Koepka está muy sólido y está embocando en los greenes todas las que hay que meter y alguna más… Pero quedan muchos hoyos y veo a Jon muy sólido.
Estaría bien que en la reanudación, en el hoyo 7, tal y como está la situación, con Koepka pateando para par y Jon para birdie, Rahm rascara un golpe. Estadísticamente, con los porcentajes de putts que se meten desde tres metros, que es más o menos la distancia que tienen los dos, creo que Jon al menos va a restar un golpe. Si encima rasca dos…
A ver qué Augusta National nos encontramos, aunque en esta larga jornada final da la sensación de que va a seguir siendo muy importante el control del spin en esos greenes blandos. Estamos viendo a muchos jugadores con problemas por esta cuestión, porque realmente no es nada sencillo.
Sea como sea, todavía es posible que algún jugador de los que van detrás de Koepka o Jon pueda hacer un parcial de diez menos en los veintitantos hoyos que tiene por delante, y en ese caso todavía se podría meter en la pelea. En este sentido, mi ‘tapado’, Justin Rose, tiene esa oportunidad. Pero sobre todo me quedo con el nombre de Cantlay, que puede ser peligroso viniendo desde atrás.
Pues sí, confianza en Jon, pero también en Seve, en el día de su cumpleaños. Seguro que algo hace, tal y como ha dicho Olazábal, que ya vivió de su mano un milagro en Medinah… No sé cómo, pero esas cosas suceden, así que también espero que Seve haga una de las suyas. Va a ser una larga y emocionante jornada de golf.
