– Rory McIlroy escribió un mensaje de texto a Brooks Koepka el domingo y lo felicitó por su triunfo en el torneo de LIV Golf en Orlando. Koepka agradeció el gesto y aprovechó para pedirle al norirlandés jugar juntos una vuelta de prácticas en Augusta. Dicho y hecho. Ha sido la imagen del día este martes en el Masters. LIV y PGA Tour juntos. ¿Y eso? ¿De dónde viene?
Fátima Fernández Cano, golfista gallega del Epson Tour que anda de visita por el coliseo de Georgia, no entendía la situación y pedía explicaciones a diestro y siniestro. «Yo pensaba que se llevaban mal», decía. Lo pensaba Fátima y la mayor parte de los mortales. Pues bien, resulta que Rory, Koepka y Dustin Johnson entrenan muy a menudo juntos en Florida cuando no están en torneo y mantienen una muy buena relación. «Hay jugadores de LIV con los que me llevo muy bien, como DJ o Koepka, y otros con los que no», señaló Rory.
Eso sí, que nadie piense que la elección del partido por parte de Koepka fue simplemente una casualidad o un guiño a su amistad. El campeón de cuatro Grandes tenía un plan. «Hace ocho meses que no nos juntamos en un torneo, mi juego está bien, vengo de ganar, me encuentro cómodo, al fin estoy jugando sin dolor y no es un martirio bajar una cuesta o agacharme a coger una bola o leer la caída. Por todo ello, antes del Masters quería medir dónde estaba mi juego respecto a los mejores». Las conclusiones de Brooks han sido muy buenas.
– Matiz importante: una cosa es que Koepka y McIlroy jueguen juntos y otra bien distinta es que nos hagan comulgar con ruedas de molino con la muy extendida cantinela de que la mala relación entre los jugadores de LIV y el PGA Tour es una invención y exageración de la prensa. Nanai. Hay de todo, pero en general las interacciones son frías y distintas. «Yo no he saludado a ninguno de LIV porque creo que no me he cruzado con ninguno», decía sincero Justin Thomas.
– Hay un rumor que flota en el ambiente de que los saudíes han comunicado ya a los jugadores de LIV que si en cinco años la liga no es rentable se cierra el grifo y a otra cosa mariposa, que se acaba LIV Golf. Es sólo un rumor, pero la respuesta de algunos protagonistas es llamativa. Bubba Watson aseguró que no cree los rumores y que de ser cierto, pues nada, se marcharía a casa y dejaría el golf. Mientras, Thomas Pieters, que está en el equipo de Bubba, explicó que él sólo se dedica a jugar al golf, por lo que no está al tanto de otros temas ni le interesan. Implicación, lo que se dice implicación, tampoco es desorbitada.
– Algunos datos del hoyo 13: Rahm ha pegado el martes un hierro 5, Sergio García un hierro 3, Bubba un hierro 4, Homa asegura que no va a tirar de dos salvo que se alineen los planetas, Mickelson también buscará el birdie de tres y Pieters asegura que sólo ira al green si tiene un hierro 5 o menos… Y no hablamos de pegadores blandos, precisamente.
– Se habla mucho del hoyo 13 y bien poco del 7, otro que ha sufrido cambios este año. Se ha remodelado el green, de manera que el movimiento no es tan pronunciado. «Ha sido un gran cambio, los desniveles se han suavizado y ya no es un green tan extremo», ha dicho Patrick Cantlay. Por cierto, el Número 4 del mundo se ha sincerado y ha hablado de su carácter. «Soy una persona a la que le cuesta bajar la guardia con gente que no conozco muy bien».
– Larry Mize ha dejado una de esas frase lapidarias sobre Augusta, precisamente el año en el que va a disputar su última edición. «Hay que respetar a Augusta, pero no temerlo». Conclusión: hay que ser agresivo, pero averiguar dónde y cuándo.
– Max Homa asegura que por primera vez en su carrera acude a un Grande con la convicción de que puede ganar. «Mi hoja de servicios en los Grandes es mala. Creo que mi mejor puesto ha sido un 13º». El ganador de cinco torneos en un año ha hecho un gran trabajo psicológico para dar la vuelta a la situación. «Trabajo todo el tiempo para disminuir la expectativas. Si no juego bien esta semana, no significa que no sea un gran golfista, y me lo he estado diciendo prácticamente cada día de golf este año».
– Will Zalatoris estrenará putter en Augusta y tiene mucho que agradecer a su entrenador físico. «Sí, Greg (Rose) me salvó la vida. Me presenté allí con un driver de 46 pulgadas moviéndolo a unas 117 millas y ahora estoy con 44 y medio de tamaño y a 121 millas».
– Por cierto, Matt Fitzpatrick ha desvelado que su temporada está siendo muy mala por culpa de una lesión en el cuello que lo ha mantenido semanas en el dique seco. Ahora por fin vuelve a estar bien, aunque su objetivo único es pasar el corte.
Y hablando de Fitzpatrick, a nadie le gustan los números más que a él. Tiene Augusta bien estudiado y asegura que la clave para ganar son los tiros a green y el juego corto. «Es lo que te mantiene en la pelea», afirma.
