
Se completó la primera jornada del Masters de Augusta. Este viernes por la mañana, a las 7.48 hora local, sonaba la bocina de reanudación del juego mientras los aficionados más madrugadores, miles y miles, con la silla al hombro, apretaban el paso, sin correr, por supuesto, para ganar la mejor situación posible para pasar el día.
La imagen es realmente curiosa. El público se agolpa contra una barrera de voluntarios al pie de la gran pizarra de resultados situada a la derecha del hoyo 1. Es como la salida de una maratón esperando el pistoletazo. Cuando se abre el cordón, se produce la diáspora. Son como ríos de lava que se desperdigan por el campo después de la erupción.
Tenían que acabar 27 jugadores y la gran cuestión era saber cómo de bien iban a aprovechar las condiciones menos ventosas y más propicias para hacer resultado, con el campo impecable ofreciéndose de manera tentadora… Sí, sí, tentadora. Señores, era un señuelo. Agazapado bajo el espectacular amanecer de Augusta, con los rayos de sol filtrándose entre las ramas de los árboles, arrullados por la hora y el cantar de los pájaros, esperaba un miura.
Lo de esta mañana ha sido una escabechina. He aquí un rápido informe de daños:
– Brian Harman: 47 golpes por los segundos nueve, con un final que incluyó triple bogey en el 16, doble bogey en el 17 y un doble bogey más en el 18.
– Jordan Spieth: bogey en el 14, cuádruple bogey en el 15 y bogey en el 17.
– Dustin Johnson: doble bogey en el 14, doble bogey en el 15 y bogey en el 18.
– Patrick Reed: bogey en el 16, bogey en el 17 y doble bogey en el 18.
– Adam Scott: doble bogey en el 15 y bogey en el 18.
– Tyrrell Hatton: doble bogey en el 15 y bogey en el 18.
– Ludvig Aberg: bogey en el 14 y doble bogey en el 15.
– Tiger Woods: bogey en el 14 y bogey en el 18.
– Jason Day: doble bogey en el 16 y bogey en el 18.
– Brooks Koepka: bogey en el 14 y bogey en el 16.
– Tommy Fleetwood: bogey en el 17 y bogey en el 18.
Era un señuelo. Augusta esta mañana ha despertado a la bestia. Ha sufrido Tiger Woods, excepcional desde el tee, pero tremendamente errático con los hierros, pegando un sapo en el 14, impreciso en el 15 y muy desajustado en el 18. Alguno podría pensar que el frío le ha podido afectar, pero esa teoría no cuadra con su manejo del driver. Cierto es que ha estado haciendo estiramientos de manera constante, tratando de estar continuamente en movimiento, buscando el calor, especialmente en sus dos primeros hoyos (14 y 15), pero sería demasiado simple atribuirlo sólo al frío. Entre otras cosas, porque sí, hacía fresco, pero nada dramático. También soplaba el viento, racheado, pero con menos intensidad que ayer.
Así las cosas, qué ha pasado, por qué estos resultados tan abultados. No es fácil dar una sola respuesta. Sí, el frío habrá jugado su parte, también el cambio en la dirección del viento, que ha pasado de sur a oeste, por supuesto unos greenes algo distintos a los de ayer por la tarde, pero probablemente, por encima de todos esto, la clave ha estado en el señuelo. Los jugadores han pensado que era el momento de apretar, de sacar ventaja de la situación y Augusta los ha engullido. Al Masters no se le busca, hay que encontrárselo.
Nicolai Hojgaard (-5), Max Homa (-5), Matthieu Pavon (-2), Cameron Young (-2) y Collin Morikawa (-1) fueron los principales supervivientes del madrugón, no cayeron en el señuelo que había tendido Augusta.
Así las cosas, concluidos los primeros 18 hoyos, DeChambeau (-7) manda en el Masters, seguido por Scheffler (-6), Homa y Hojgaard (-5), Willett (-4), Davis y Fox (-3), Young, Conners, An, Niemann y Zalatoris (-2).
La segunda ronda ya está en marcha. Día espectacular en Augusta. Cielo despejado, el sol calentando y el viento, de momento, presente, pero no de una manera exagerada. El parte meteorológico apunta a que irá en aumento conforme pasen las horas. Buena pinta.