Jorge Campillo debería estar hoy lunes en el recorrido Close House de Newcastle, jugando seguramente su primera ronda de prácticas en la sede del Betfred British Masters que comienza este miércoles con Lee Westwood como gran anfitrión. Sin embargo, a esta hora se encuentra metido en un avión semivacío rumbo a San Francisco con escala en Dallas. El COVID-19 ha obligado al cacereño a realizar este brusco golpe de timón.
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La explicación está en la pandemia y, sobre todo, en la cuarentena de 14 días que Estados Unidos obliga a todo visitante de fuera. Existía la confianza y casi la convicción de que para agosto la cuarentena ya estaría eliminada, pero se han ido acercando las fechas y los casos en Estados Unidos en lugar de reducirse han ido aumentándose de manera dramática. Así las cosas, la cuarentena es obligada y como quiera que es de 14 días, tocaba hacerla dos semanas antes del inicio de la semana del PGA Championship. Esta es la razón por la que Campillo está volando ya por encima del Atlántico. El objetivo es poder estar en San Francisco hoy mismo y poder entrenar en el TPC Harding Park desde el mismo lunes previo al PGA, previsto del 6 al 9 de agosto.
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Campillo está viajando con Jesús Legarrea, su caddie, y la idea es quedarse en San Francisco los 14 días hasta la celebración del torneo. Será sin duda una preparación diferente a la habitual en un Grande y en cualquier otro torneo.
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La idea inicial de Campillo era jugar el British Masters y después viajar al PGA Championship con el rodaje de haber jugado ya un torneo de competición. Finalmente no ha podido ser, pero no es el único afectado. Le ocurre también a otros golfistas europeos como Paul Waring. De hecho, en el British Masters habrá sólo tres jugadores dentro del top 100 mundial: Lee Westwood, que es el anfitrión y ha decidido no jugar el PGA por este torneo, Eddie Pepperell, que se encuentra en la misma situación, sin ser anfitrión y Marcus Kinhult.
