Jon Rahm (-1) ha entregado una magnífica tarjeta de 68 golpes en la última ronda del PGA Championship. Ha subido como la espuma en la clasificación y ha terminado en el top ten, concretamente en la octava posición. Sensacional. Es su séptimo top 10 en ‘majors’ en 19 presencias y el segundo en el PGA y el segundo también esta temporada. Dos de dos. No está nada mal.
Rahm se deja un vueltón en los putts de dos a tres metros
Sea como fuere, la principal lección que vuelve a dejar una semana más Jon ‘corazón de León’ Rahm es que los combates, cuando él está en el cuadrilátero, jamás terminan hasta que suena la campana. Ayer mismo, en el colmo de la frustración, Jon admitía ante los periodistas que ya todo daba igual en este PGA, que lo único que quería era acabar y marcharse a casa para meterse en su refugio con Kelley y con Kepa. Pero no es verdad. Para Jon nada da igual cuando está en un campo de golf. Cada golpe cuenta, cada birdie, cada tarjeta bajo par, cada puesto que araña en la clasificación. Es su manera de entender la profesión. El calentón del sábado por una vuelta que mereció mucho más le duró exactamente cinco minutos. Después, ya estaba pensando en la revancha, en ganar a Kiawah, en acabar el torneo bajo par. Y así lo ha hecho. Es un deportista de los pies a la cabeza y sería muy injusto no valorar esta enorme cualidad que no todos la manejan.
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Rahm ha salido hoy en modo ataque. Ha estado sublime desde el tee, soltando una bomba tras otra, cogiendo casi todas las calles y de nuevo pegando muy buenos hierros. Seguramente, ayer estuvo incluso más fino en los segundos golpes, pero hoy lo ha compensado con una actuación más normal en los greenes. Tampoco crean que se ha salido del pellejo, pero al menos ha metido dos buenos putts de birdie de más de tres metros, con uno de cuatro y medio en el 3, algo para celebrar porque no ha sido lo normal esta semana. Después, ha sabido aprovechar los cuatro pares 5 con un gran tiro en el 16, pateando para eagle, y dos buenos approachs en el 2, 7 y 11.
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Kiawah ha sido el último en descubrir que Jon nunca se rinde. No entiende ese concepto. Le ha dado la vuelta a su torneo. No es suficiente porque Rahm afronta cada Grande ya con el objetivo de ganar, pero al menos le sirve para marcharse más satisfecho y con más confianza antes de defender el título en el Memorial Tournament. Incluso pudo hacer un resultado más bajo, ya que se le escapó alguna buena opción de birdie en el 15 y un putt de par muy franco en el 14. Se marcha también con una excelente sensación alrededor de green. No había terminado de estar bien en esta parcela en las últimas rondas de golf y hoy sí ha brillado. Sus dos recuperaciones para par en el 17 y 18 han sido de alta escuela. Podrá jugar mejor o peor, estará más arriba o abajo, pero Jon, y su actitud, jamás defraudan.
