Amenazas de muerte, ajustes de cuentas por parte de la mafia, un calor fuera de toda lógica… El Southern Hills Country Club de Tulsa, en Oklahmona, sede del PGA Championship 2022 que arranca este jueves, tiene a sus espaldas varias historias poco habituales para un campo de golf. En los 86 años transcurridos desde su inauguración ha vivido casi de todo, aunque algunas de sus historias serán siempre recordadas por no tener nada que ver con la competición.
Comenzando, por supuesto, por la llamada que recibió el FBI en 1977 cuando Southern Hills albergaba el US Open. Hurbert Green lideraba la clasificación en el último día cuando una mujer se puso en contacto con los federales para contarles que su novio y otros dos hombres más estaban planeando disparar a Green en la ronda del domingo, en el hoyo 15. La policía de Tulsa no supo de aquella llamada hasta el domingo a mediodía, pero incluso después de conocer la amenaza, tras jugar el hoyo 14, Green se encongió de hombros y decidió seguir adelante con su ronda.
Rodeado de policías armados, Hurbert hizo par en el 15 y terminó ganando el torneo. Un US Open que se convertía en la primera gran victoria de su carrera deportiva. Nunca llegó a conocerse la identidad de la mujer que llamó al FBI ni siquiera si se trataban de una treta para intentar desconcertar a Green, en plena lucha por el título, de una broma pesada o si los presuntos criminales se echaron atrás en sus planes en el último momento.
Quien no sobrevivió a su paso por Southern Hills sólo unos años más tardes fue el empresario Roger Wheeler. Había descubierto que la pandilla Winter Hill, dirigida por el conocido mafioso Whitey Bulger en quien se basa la película The Departed (Infiltrado en nuestro país, protagonizada por Jack Nicholson, Leonardo DiCaprio y Matt Damon), estaba malversando dinero de uno de sus negocios, y fue asesinado de un disparo cuando estaba en su coche, en el aparcamiento de Southern Hills, en mayo de 1981.
Una historia macabra que se complementa con otra menos espeluznante, pero bastante más habitual como es el calor. Varios de los torneos con mayores temperaturas medias registradas se han disputado en este campo. En 1936, el Oklahoma Open alcanzó los 46ºC, provocando que varios jugadores decidieran abandonar después de algunos hoyos bajo un sol implacable.
Más recientemente, las cuatro rondas del PGA Championship de 2007 registraron temperaturas máximas de 38ºC, 37ºC, 37ºC y 39ºC. John Daly, uno de los participantes, decidió saltarse una ronda de prácticas para irse a jugar al casino con aire acondicionado. Después, firmó una tarjeta de 67 golpes con un 95% de humedad. El Servicio Meteorológico Nacional de EEUU emitió una alerta de calor y 40 personas fueron hospitalizadas durante el torneo. Aunque el PGA Championship se siguió jugando… y lo ganó Tiger Woods.
Habrá que esperar al jueves para conocer qué sorpresas nos guarda para este 2022 un campazo como Southern Hills… más allá de su leyenda negra.
