Inicio PGA Championship PGA Championship 2023 La relación entre el campo del PGA, la insulina y el frigorífico
Donald Ross encargó a John Ralston Williams la plantación de miles de robles en Oak Hill

La relación entre el campo del PGA, la insulina y el frigorífico

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Cuando el legendario diseñador Donald Ross llegó por primera vez en 1922 a los terrenos donde iba a construir el East course del Oak Hill Country Club mandó plantar árboles. Cuantos más, mejor, dijo, y a poder ser, claro, robles, significado literal en español de la palabra Oak.

Ross encomendó esta misión a John Ralston Williams, un ilustre médico de Rochester, muy implicado en la vida civil de la ciudad y arboricultor de prestigio. Williams se dejó la piel en el encargo. Compró robles por todo el mundo, desde los bosques de Sherwood, a los cedros del Líbano, pasando por los jardines de Kew, en Inglaterra, y los parques de William Shakespeare y George Washington. Comenzaban a crecer en el patio trasero de su casa y cuando ya estaban maduros los trasplantaban al campo de golf. Fue un éxito y la colección, con más de diez mil ejemplares plantados, es una joya de la botánica.

Pero resulta que John Ralston Williams hizo mucho más en su vida que plantar árboles en el campo donde esta semana se juega el PGA Championship. Fue un genio de la medicina, un adelantado a su tiempo. Era conocido en todo el país por sus investigaciones sobre la sangre y las enfermedades alimenticias. Su laboratorio, fundado en 1916, fue uno de los primeros de Estados Unidos dedicados al estudio de los trastornos metabólicos, en particular la diabetes. Williams mantenía frecuentes contactos con otros investigadores del campo, como Elliot P. Joslin, de Boston, y Frederick G. Banting, de Toronto. Cuando Banting anunció su descubrimiento de la insulina precisamente en 1922, Williams fue el primer médico de Estados Unidos que la administró a un paciente diabético. Concretamente, a James D. Havens, hijo de veintidós años del vicepresidente de Eastman Kodak, James S. Havens.

Cuatro años después, en 1926, proclamó en un artículo que recogió el New York Times que la administración de insulina en los pacientes con diabetes era un éxito. «Antes de la insulina, un menor de 10 años con diabetes apenas tenía una esperanza de vida de dos años, si el paciente tenía entre 10 y 20, la muerte ocurría en dos o cuatro años, entre 20 y 30, en cuatro-seis años y más allá de treinta, entre cinco y 15 años. Desde que llegó la insulina, las muertes por diabetes han sido mínimas y la esperanza de vida es indefinida», declaró.

Así las cosas, Ralston, clave en el desarrollo de Oak Hill, fue quien introdujo la insulina en Estados Unidos. Además, desempeñó un papel importante en la producción y distribución de leche en Rochester. Estaba obsesionado con la importancia de mantener los alimentos refrigerados, empezando por la leche. De algún modo, fue uno de los primeros impulsores de la compra de neveras en los hogares norteamericanos. Williams visitaba las granjas que suministraban productos lácteos a la ciudad, supervisaba las condiciones sanitarias en las plantas embotelladoras y realizaba análisis de muestras de leche.

En definitiva, un adelantado a su tiempo que salvó miles de vidas y que fue clave en la construcción de Oak Hill.