Alivio y cansancio. Esas era las dos sensaciones que abrumaban a Xander Schauffele minutos después de ganar el PGA Championship, el primer Grande de su carrera. Alivio al demostrarse que sí, que es capaz de cerrar el triunfo en un major, que es capaz de culminar un trabajo que tantas otras veces se le resistió en el pasado. Cansancio porque le ha costado una barbaridad llegar a la meta.
También hay mucho de orgullo. Nadie mejor que él sabe lo difícil que es ganar un Grande. Muy pocos son más conscientes que él de lo que cuesta meter el putt decisivo. Por eso, en el 18, cuando vio entrar el putt de birdie para ganar con un golpe de ventaja sobre Bryson DeChambeau, le invadió la felicidad. «Estoy muy satisfecho y cansado. Es un torbellino de emociones», resumía.
Para Schauffele, una de las claves ha sido ser consciente en todo momento de lo que estaba pasando. En el pasado, el golfista de California prefirió no mirar a las pizarras, centrarse únicamente en su juego, pero hoy no. Quería saber dónde estaba y lo que sucedía a su alrededor. «Me mantuve muy paciente. Miraba la clasificación constantemente. Quería ser consciente de todo. Quería saber exactamente dónde estaba. Quería afrontar mis sentimientos, lo que fuera que pasase por mi cabeza», aseguraba.
En esa obsesión por vivir el momento, Schauffele llegó a recordar lo que le había ocurrido en el pasado cuando le llegó el bogey del 10. En lugar de reprimir el recuerdo negativo, lo afrontó y lo asumió como un reto. «He tenido otras veces esa sensación de estar en un momento decisivo y no ser capaz de meter el putt. Hoy cuando ha ocurrido lo del 10 y he tenido los dos putts de birdie en el 11 y en el 12 me he dicho exactamente eso: «hoy no me va a pasar, hoy no toca», recalcaba.
En cuanto al hoyo 18, Schauffele no podía elegir una mejor manera de ganar. La satisfacción se ha multiplicado por mil al conquistar su primer Grande metiendo en el último hoyo el putt decisivo para ganar. Si había que derribar la puerta, que fuera de esa manera. «Sabía que tenía que hacer birdie en el último hoyo mirando a la clasificación. Tenía que hacer el birdie como fuera. Me dije a mí mismo que nadie me lo iba a regalar, que me lo tenía que ganar, tenía que demostrarme a mí mismo que era mi momento y podía hacerlo. Admiro que fue un birdie un poco agitado, pero fue increíble», finalizó.
