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Jon rahm termina de rematar la preparación de su primer open championship

De Day se puede admirar algo más que un hierro 5 a las nubes…

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«Yo creí que la pegaba alto con los hierros, pero cuando vi un hierro 5 de Jason Day el otro día, jugando junto a él… No daba crédito: alto, muy alto, pero es que además era preciso a pesar del viento que hacía».

Quien lo cuenta es Jon Rahm, que jugó 18 hoyos el martes junto al australiano, a la sazón Número 1 del mundo. La experiencia, además de emocionante, fue enriquecedora para el joven vasco por muchas más razones que esas bolas a las nubes de Day. «Yo estaba bastante nervioso al principio, pero él enseguida me tranquilizó. Muy agradable conmigo, hablando mucho… Me ha impresionado la humildad de los más grandes, porque me ha pasado algo parecido con Adam Scott, con el que he coincidido cuatro hoyos esta mañana».

Severiano Ballesteros estaría orgulloso de Rahm esta semana. Y sus herederos (Olazábal, Jiménez, García…) también lo pueden estar. Para todos ellos, comenzando por el genio cántabro, el Open Championship era (es) una cita fuera de categoría. Su aura legendaria, el peso de la historia, el poder hipnótico de sus campos… «No hay discusión: me quedo con el British por encima del US Open. Esto es golf en estado puro. Aquí nació el golf, se respira golf», afirma rotundo el de Barrika. Pues no se hable más.

La cuestión estos días era, entre otras cosas, terminar de perfilar la estrategia de juego para esta semana. Algo aprendió ya en Oakmont en lo que se refiere al plan de trabajo en los días previos: «es mejor no quemarse, estando más horas de la necesarias en el campo de prácticas o tirando treinta putts en cada green. Al final hay que pensar que no te puedes salir mucho de tus rutinas habituales porque no deja de ser un torneo de golf», explica. ¿Y en lo que se refiere al modo de jugar el campo?

Según ha analizado Rahm, hay dos vías a considerar. La de Miguel Ángel Jiménez, que consiste en jugar más bien corto de los bunkers de calle para no meterlos en juego; y la de Jason Day, que básicamente versa en el estacazo y tentesieso desde el tee para volar los bunkers, aunque a veces se tenga que jugar luego desde el rough… ¿Hacia cuál se inclina él? Parece que le ha convencido más la vía menos agresiva, aunque en tal elección choque en ocasiones frontalmente con su ADN golfista. «A veces peco de agresividad y eso es una de las cosas que también aprendí en el US Open.  Habrá que jugar más inteligente. Sobre todo con viento en contra intento pegar demasiadas veces el golpe del héroe y no, hay que ser más inteligente», sentencia.