Miguel Ángel Jiménez ha entregado una magnífica tarjeta de 70 golpes en la tercera ronda del British Open. Jugar bajo par en las condiciones de hoy en Royal Troon tiene mucho valor. Tanto como que todo apunta a que el malagueño terminará en el top 20 de la clasificación y, muy probablemente, coqueteando con top 15. Eso es sacarle partido a un día del movimiento.
Jiménez se ha movido hoy rumbo a Royal Birkdale, sede de la próxima edición del British. Recuerden que los diez primeros de cada edición del Open se clasifican directamente para jugar el siguiente año. Como objetivo para el domingo no está nada mal. Miguel lo sabe, aunque como buen veterano curtido en mil batallas prefiere la prudencia. «Si jugamos así el domingo estaremos en el top ten, pero hoy es sábado y mañana es mañana. Hay que vivir el presente. Ahora me voy a disfrutar con la familia, beberme una copa de Tempranillo y mañana será otro día», señaló.
Miguel se quitó un peso de encima notable tras pasar el corte el viernes. Atrás dejaba una racha demasiado larga y amarga de fines de semana sin jugar tanto en majors como en el European Tour. Así, ligero de equipaje, al malagueño se le ha visto disfrutar en el campo de golf como hacía mucho tiempo. Ha jugado bien y ha recuperado de maravilla cuando se ha visto obligado, como por ejemplo en el hoyo 15, metiendo un putt de ocho metros para par, o en el 12 y en el 13, tirando dos magnífico chips que en el primer caso a punto estuvo de entrar. Sólo ha hecho un bogey y ha sido con un doloroso tripateo en el hoyo 11, igual que le sucedía Rahm. Sobresaliente vuelta de golf de Jiménez, recuperando sus mejores constantes vitales en el campo, mostrándose positivo y contento en el campo. De momento, Royal Birkdale ya está en el punto de mira.
