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Donald toma nota con Sepp Straka, ganador de un torneo y con dos top ten en Majors

Un gemelo con cara de Ryder y no se apellida Hojgaard ni Paul…

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Sepp Straka
Sepp Straka lee una caída en el Open. Charlie Crowhurst / R&A

Todo apunta a que un jugador con un hermano gemelo va a estar en la Ryder Cup. Ustedes estarán pensando en Rasmus Hojgaard o en Yannik Paul, candidatos a ser elegidos por Luke Donald para combatir en Roma contra los estadounidenses. Pero no nos referimos al danés ni al alemán, que por supuesto aún albergan esperanzas de jugar en Italia, sino a Sepp Straka.

Fue su gemelo, Sam, quien le metió el veneno del golf en la sangre cuando tenían 11 años y practicaban fútbol en su país natal (Sepp era portero y Sam delantero). Aunque igual pudo influir también una curiosa historia familiar. Su madre, estadounidense, se fue a Austria por amor porque su novio estaba diseñando un campo en Salzburgo. El idilio no duró pero aquella mujer se quedó en el país centroeuropeo trabajando en una tienda de golf. Allí le vendió un guante al que sería padre de los Straka. La familia emigró a Estados Unidos cuando los chicos tenían 14 años y después la Universidad de Georgia (la misma que la de Brian Harman, pero éste tiene seis años más) se fijó en Sam para el equipo de golf, donde también recaló Sepp, aunque quien pintaba mejor era su gemelo. Al final los dos se hicieron profesionales pero el primero lo dejó y el segundo lleva una carrera en ascenso que puede culminar este septiembre con la Ryder.

En año y medio, entre febrero de 2022 (Honda Classic) y julio de 2023 (John Deere) ha ganado dos torneos del PGA Tour y no sólo eso. Su rendimiento en los Majors está siendo más que notable al acabar en el top ten en dos de estas citas de renombre: séptimo en el PGA Championship y segundo en The Open. Sólo hay cuatro jugadores europeos que mejoran o igualan ese registro este año. Jon Rahm ganó el Masters, fue décimo en el Abierto de Estados Unidos y segundo en el British. Rory McIlroy acabó séptimo el PGA, plata en el US Open y sexto en The Open. Viktor Hovland concluyó séptimo el Masters y segundo el PGA, además de haber estado en el top 20 en el US Open y The Open. Y Tommy Fleetwood fue quinto en Abierto estadounidense y décimo en Royal Liverpool.

Desde su triunfo en el Honda Classic, cuando pasó del puesto 176 al 83 del ranking mundial, Straka no sólo se ha instalado sin sobresaltos entre los 100 mejores del planeta, sino que ha ido en ascenso, igualando su mejor posición de siempre esta semana tras su gran actuación en Hoylake: vigésimo quinto. «Mi juego está en un gran momento y me quedan dos meses por delante para demostrar que puedo estar en la Ryder. Me encantaría. Durante el último año y medio ha estado en mi radar ese objetivo y estoy deseando tener una oportunidad», comentó Straka, el primer austriaco en contar con tarjeta del PGA Tour, tras su ronda final en Hoylake, donde habló a comienzos de la semana pasada con Luke Donald en una ronda de prácticas, aunque «nada demasiado sustancial». Sí le reconoció el capitán europeo que su nombre lo tiene apuntado en la agenda desde hace tiempo.

Desde luego, Straka está desplegando su mejor versión últimamente, cuando hay un puñado de jugadores a los que les está pudiendo algo la presión por la Ryder, como los casos de Victor Perez, Guido Migliozzi, el propio Paul (Yannik, no su gemelo Jeremy), quizás Hojgaard (Rasmus no pasó el corte en Royal Liverpool, sí lo hizo Nicolai) y un veterano como Francesco Molinari (cuyo golf lleva un tiempo siendo muy pobre y la cita romana está a la vuelta de la esquina). Sepp está muy cerca de conseguir un billete para Italia y podrá presumir de otro galón más ante Sam, su gemelo: «Odiaba perder contra él cuando éramos niños y eso sucedía con bastante frecuencia», recuerda Sepp, a quien seguramente ya no lo retará su hermano a un mano a mano a 18 hoyos.