
Luis Masaveu metió un putt de ocho metros para cumplir un sueño. Cuando el talento se te cae de los bolsillos te puedes permitir ciertos lujos. Por ejemplo, el de cumplir sueños con apenas 21 años. Lo metió en Royal Cinque Ports, hace justo una semana, pero lo recuerda como si acabara de ocurrir. Se le sigue poniendo la carne de gallina.
Ese putt le sirvió para clasificarse para el Open Championship de Royal Troon. Su primer Grande. El sueño. En Royal Cinque Ports hace 104 años Ángel de la Torre se convirtió en el primer español en jugar un Grande. Más carne de gallina, más pelos de punta. Historia con mayúsculas. En ese mismo lugar donde empezó todo, por primera vez dos amateurs españoles se clasifican para jugar un Grande. Jaime Montojo, compañero y amigo de Luis, estaba allí mismo, con su clasificación recién conseguida, viendo ese putt para el recuerdo.
«Uf, cuando acabé ni me lo creía. Poco a poco se va asentando, pero todavía estoy emocionado, muy contento, encantado. Voy a cumplir un sueño y seguro que será una experiencia increíble», asegura Masaveu a Ten Golf desde Italia, donde esta semana disputa el Campeonato de Europa por equipos. Por cierto, buscando, con Jaime entre otros, el tercer oro consecutivo para España en este torneo y el quinto de los últimos diez años.
Para saborear aún más y mejor la experiencia de jugar el Open, Masaveu llevará en su bolsa a un tal Gonzalo Fernández Castaño. Casi nada. Siete British ha disputado el madrileño en su carrera, el primero de ellos poco después de hacerse profesional, con apenas 25 años. Es la persona idónea, además de ser su entrenador, para guiarlo en esta semana tan especial. Eso sí, lo que nadie le va a quitar ya a Luis es el hecho de haber pasado la previa del Open con su padre en la bolsa. Pase lo que pase en Troon, ese recuerdo será imborrable.
Lo cierto es que Luis no las tenía todas consigo antes de empezar la previa. Sus resultados este año no han sido malos, de hecho ganó en Portugal en los albores de la temporada, pero sentía que le estaba costando hacer pocas, algo que casi siempre es una condición indispensable en una previa. Además, por si fuera poco, no jugó en Royal Cinque Ports con sus palos habituales. Se perdieron en el regreso de Dinamarca, donde jugó el Campeonato de Europa Individual la semana antes, y tuvo que montarse deprisa y corriendo un nuevo juego con algunos palos antiguos que tenía en su casa.
Lo tenía todo en contra y el inicio no fue precisamente alentador, con dos bogeys en los cinco primeros hoyos y sin encontrarse cómodo con el driver. Sin embargo, todo hizo clic en el hoyo 7. Concretamente, con un golpazo con el 46 grados que dejó a dos palmos del agujero. «Pegué un tirazo y todo cambió. Empecé a hacer mejores swings y fui cogiendo poco a poco confianza desde el tee. No estaba metiendo muchos putts, pero me encontraba cómodo, los estaba tirando bien, era cuestión de que fueran al hoyo», explica.
Curiosamente, de nuevo en el 7, en la segunda ronda, volvió a pegar un drivazo y un segundo golpe espectacular para dejarse el birdie hecho. En esta ocasión fue un 56 grados. No habrá placa de Masaveu en el hoyo 7 de Royal Cinque Ports, al fin y al cabo era una previa del Open, pero al golfista español no se le va a olvidar nunca ese hoyo.
Después llegó el putt. Sí, el de ocho metros. El del sueño. Fue en el desempate. Tres jugadores por una plaza. Se la jugó con Jamie Rutherford y Branden Grace, el único jugador de la historia que ha hecho 62 golpes en un Open. «Ellos la dejaron más cerca del hoyo que yo y sabía que o la metía o me iba a casa. Así afronté ese putt. Era bastante complicado porque caía mucho de derecha a izquierda y era muy cuesta abajo, pero lo vi bien y entró. Impresionante. Después ellos fallaron y estaba en el Open». El sueño.
Su padre tiene una cuota importante en esta clasificación. Se entienden bien. No tiene que hablar mucho, sólo distraerlo de vez en cuando y resolver alguna duda cuando toca. En Inglaterra estuvo fino. «Me tranquiliza y me ayuda en el tema mental», afirma Masaveu.
Luis tiene claro que el Open será otra cosa. Nada que haya visto antes. «Gonzalo es mi entrenador y sé que me va a ayudar mucho. Vamos a divertirnos lo que podamos y, sobre todo, a aprender. Sé que los búnkers serán más difíciles y el rough más alto, Gonzalo me va a ayudar muchísimo», señala. Además del siete veces campeón del DP World Tour, en el equipo de Luis están Javier del Carmen para el tema mental, Ramón Rivero para el juego corto, José Mata como fisio y Javier Ferrato como médico. Ricardo Relinque, su agente, es el que se encarga de que Luis no tenga que preocuparse por nada que no sea el golf.
Masaveu se podrá sacar también una espina en Troon dentro de una semana. La primera y última vez que estuvo allí no lo pudo jugar porque hacía muy mal tiempo. Cree que fue en 2015, aunque no está muy seguro. Fue durante un año que estudió y jugó al golf en Escocia, concretamente en Edimburgo. Seguro que algún amigo de la época se pasa por Troon este año para verlo jugar. En esta ocasión, el mal tiempo no servirá de excusa para jugar el Open.
Masaveu le gustan los links. «Lo he jugado mucho y diría que no es mi estilo de jugar, pero no me llevo mal con ellos. Los he jugado bien. He hecho un segundo en el Lytham Trophy, he pasado cortes en el British Amateur, me gustan», asegura. Lo que quiere afinar de aquí a la próxima semana en la lectura de las caídas en los greenes, aunque no será precisamente por la del putt que hizo todo esto posible…