Jon Rahm y Tyrrell Hatton vieron juntos la final de la Eurocopa de fútbol entre España e Inglaterra. No hay que ser la persona más intuitiva del planeta para saber cómo pudieron ser esos 90 minutos. Jon y Tyrrell, Tyrrell y Jon. Dos deportistas que son capaces de picarse con el vuelo de una mosca, que lo viven casi como si fuera el último día de sus vidas. Una lástima no haber tenido una cámara oculta grabándolo todo en aquella habitación de la casa de Sotogrande. «Diría que fue un espectáculo digno de verse, lo que uno espera de una situación así», explica entre risas Jon.
Básicamente, todo se reduce a que lo vivieron como cualquier otro aficionado de España o Inglaterra en el mundo. Con esa pasión, con esa chispa, con esa puyitas que van volando de un ala a otra de la sala. «Hubo mucho lenguaje colorido. Fue divertido ver cómo le sacaban de quicio Cucurella o Carvajal. Y lo entiendo. Son dos grandes jugadores que hacen la falta cuando saben que hay que hacerla. Son muy buenos en eso. Cuando marcó Palmer el empate calificaría su reacción como eléctrica», asegura con ironía.
Jon no perdió la oportunidad de chinchar a Hatton. «Sobre todo con las faltas, me divertí mucho. Cuando un español hacía falta era lo peor del mundo y tenía que ser tarjeta amarilla o roja y cuando la hacía un inglés ahí no había pasado nada. Lo normal. Pero después admitió que España había jugado muy bien. Es más, al inicio de la segunda parte, tras marcar Nico Williams me confesó que podía hacerse muy duro. España estuvo muy bien todo el partido, fue un milagro que no marcaran algún gol en la primera parte e hicieron un segundo tiempo fantástico».
Por otro lado, Jon ha vuelto a poner de manifiesto su intención de arreglar las cosas con el Circuito Europeo, respecto a las multas y suspensiones que tiene que cumplir, para jugar en el Open de España, el primer torneo que le toca desde que está en LIV. Además, ha explicado que se encuentra mucho más cómodo con su swing desde que cambió la varilla del driver, tal y como contamos en Ten Golf la semana pasada en Valderrama. Firma un Open Championship con la misma comodidad desde el tee que en el LIV de Andalucía y confía en poder jugar con Scheffler o McIlroy alguna vez más antes del Masters de Augusta del próximo año. «Sigo esperando que haya un acuerdo y se pueda dar que juguemos más veces juntos. Ojalá suceda pronto.
En cuanto al torneo, se pide un deseo. «Ojalá pueda empezar bien el jueves con una ronda que me meta arriba. No me sucede en los Grandes desde el Masters de Augusta». Desde luego, es un buen primer objetivo para esta semana. Y necesario. Recuerden que saldrá a jugar el primer día a partir de las 9.36, hora local, junto a Fleetwood y McIntyre. Así, Robert también le podrá dar las gracias de primera mano por la victoria en el Eurocopa. «Jamás me había felicitado tanto por algo que no he hecho. Se ve que los escoceses se alegraron mucho con la victoria de España. No sé que han hecho los ingleses, pero parece que todo el mundo, menos ellos, claro, se alegran cuando pierden», recalca.
