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Jeff, apúntame a Martin

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Las historias que nos deja el US Open masculino en ocho pinceladas

Termina la vuelta de prácticas en Pinehurst Nº2. Momento de relax. Aún queda un mundo para que empiece el US Open y Gonzalo Fernández Castaño y su caddie se ponen a hacer cábalas. Es habitual. Les gusta retarse. Es una distracción. «¿Y tú a quién ves como ganador esta semana?», pregunta Jeff Paul.

Gonzalo no tarda mucho en responder. Lo tiene bastante claro. “Yo veo ganando el domingo a Martin Kaymer”, señala. Buen ojo, aunque todo hay que decirlo, cuenta con información privilegiada. Es un gran amigo del jugador alemán, han compartido varias cenas en los últimos meses y sabe perfectamente en qué momento de forma se encuentra. “Y conociéndolo habrá estado trabajando a destajo el juego corto desde el THE PLAYERS…”, apunta. Sólo hay que ver cómo recuperó para darse cuenta de cuánta razón tenía Gonzalo.

– Noche cerrada en los alrededores de Pinehurst. Hemos superado la medianoche y los restaurantes van cerrando… Junto al hotel Comfort Inn hay una taberna muy recomendable llamada Hickory y a unos quince metros se encuentra Fratello’s, un restaurante italiano. Unas ocho personas hablan a las puertas del local, que ya está recogiendo y apagando las luces. “¿Nos podemos hacer una foto contigo?”, pregunta animada una señora. Cuesta identificar a quién se está dirigiendo, pero finalmente descubrimos que se trata de Erik Compton, el héroe de este US Open con permiso de Kaymer. Cero pompa, cero boato. Ningún cortejo a su alrededor. Ha quedado segundo en Pinehurst, pero nadie diría que es un jugador de golf, sino fuera porque va vestido exactamente igual que en el campo de golf, como Tiger Woods, con polo rojo y pantalón negro. Eso es lo único en lo que se parece a Tiger externamente. Bueno, en eso y en que el año que viene también jugará el Masters de Augusta. Se enteró por los medios de comunicación y se emocionó.

– !Bravo USGA¡ Ni una palabra más. Así, directo y conciso reconocía Luke Donald el trabajo realizado en la preparación de Pinehurst Nº2 para este US Open. “No hace falta rough para hacer un test exigente, sobre todo alrededor de green”. Ojo, que el comentario no lo hace Martin Kaymer, que ganó con ocho golpes de diferencia, no, el comentario lo hace un jugador súper clase, con un gran juego corto, que ha sido Número Uno del mundo y que no pasó el corte el viernes. Todo el crédito. Las felicitaciones a la USGA han sido unánimes. Y nosotros nos unimos. Por poner una pega: nos habría gustado un domingo con los greenes sin regar, más duros y firmes, pero claro, posiblemente habrían jugado con fuego teniendo el US Open femenino esta semana.

– El hoyo 10 fue el único momento de duda de Martin Kaymer en la última ronda del US Open. Hizo bogey, pero aún pudo ser peor. Resulta que los árbitros de la USGA estuvieron revisando a fondo el tercer golpe de Martin Kaymer en este hoyo. Tenían la duda razonable de que le hubiera pegado dos veces a la bola. El alemán se enteró de esta incidencia poco antes de entregar la tarjeta, pero el posible tsunami pasó rápido. «Revisamos las imágenes desde varios ángulos, a cámara lenta y en alta definición y en ningún momento se pudo apreciar que tocara la bola dos veces», señaló después de la entrega de premios Mike Davis, responsable de la USGA. Kaymer corroboró lo que decían las imágenes con su versión. «No tengo ninguna duda de que sólo pegué una vez a la bola». En cualquier caso, ni siquiera con la penalidad habría corrido riesgo su aplastante victoria en el US Open.

– Curiosa e histórica imagen ayer en Pinehurst. Lo habitual es que antes del partido estelar de un major el domingo sólo se encuentren los dos golfistas que están a punto de salir, tomando las últimas referencias, las sensaciones finales. Sin embargo, ayer había bullicio. Chicos y chicas. Coincide el final del calentamiento de Kaymer con los primeros contactos de las jugadoras que esta semana disputan su US Open. Más curiosidades. El campo está a reventar de público y son muchas las jugadoras que siguen partidos detrás de las cuerdas. Por ejemplo, Yani Tseng va con Kaymer y Lydia Ko no le quita ojo a Mickelson. (En la foto, Belén Mozo junto a Jaye Marie Green).

– Por cierto, Phil Mickelson tiene muy claro que ganará un US Open. No vacila el de San Diego. Ayer, nada más firmar su tarjeta y acabar 28º, comentó: “estoy seguro de que en los próximos cinco años estaré tres o cuatro veces con opciones de ganar el domingo y alguna vez lo conseguiré”. Insistimos, nadie se merece más que él levantar ese trofeo.

– ¿Será en Chambers Bay en 2015? Quién sabe… Pero mucho ojo con Martin Kaymer de nuevo. Aseguran que este campo, que se estrenará en el US Open, es muy parecido a Pinehurst y Whitsling Straits, con aire de links y pegado al mar. Está en University Place, cerca de Seattle, en el estado de Washington. Sí, el cambio horario con España es dramático.

– Dos jugadores que salen reforzados de este US Open: Rickie Fowler y Jason Day. Fowler, a sus 25 años, está llamando cada vez con más insistencia a la puerta de un grande. Es cierto que sólo tiene un triunfo en el PGA Tour, pero sus actuaciones en las grandes citas, incluida la Ryder Cup, obliga a tenerlo en cuenta para el futuro. Suma tres top ten en los últimos cinco grandes, con un quinto puesto este año en el Masters y un segundo en el US Open. Day, más de lo mismo. Sale de una lesión muy molesta en el pulgar y ni se le nota. Otro grande y otra vez arriba. Acabó cuarto. Es el séptimo top ten en los catorce majors que ha terminado. Impresionante.

– Y acabamos el repaso con el Número Uno: Adam Scott. El australiano, sin hacer un gran US Open ni dejarse ver nunca por las primeras plazas, ha terminado en el top ten. Cosa seria. Además, tiene muy claro que su carrera está enfocada a los grandes. Ya no volverá a jugar hasta el British Open.

Así analizamos el US Open en los micrófonos de Ten-Golf, en El Desmarque Radio…