Sergio García (-2) ha firmado un inicio de US Open soñado, sobre todo si lo miramos con la perspectiva de quien dejara al español en el green del hoyo 3 con un parcial de dos arriba sin comerlo ni beberlo. Un arranque feo y, a partir de ese momento, un auténtico despliegue de juego y equilibrio, con ese otro parcial de cuatro menos en los últimos quince hoyos de Oakmont, largo tramo en el que apenas volvía a hacer otro bogey más después de un tripateo inesperado y casi accidental (hoyo 15).
Casi impecable dede el tee, astuto con los segundos tiros, muy fino con la estrategia y resolutivo en los greenes (sólo se dejó por el camino una opción muy clara en el 14). Dicho de otro modo: rozando la perfección por momentos, si tenemos en cuenta el escenario. Porque esa es otra: es cierto que el campo se estaba jugando hoy un poco más sencillo que durante los días de práctica (greenes más receptivos tras las tormentas), y que los jugadores de la otra parte del ‘draw’ han salido perjudicados, con tanto meneo y suspensión, pero quedémonos también con el siguiente dato: al acabar esta mañana el primer turno de juego de la primera ronda teníamos a siete jugadores situados por debajo del par y a un líder, Landry, con -4; y sin embargo sólo se han añadido después cuatro jugadores más bajo par, entre ellos Sergio y Dustin Johnson (-3), que venía jugando en el mismo partido que el de Borriol. Menudo espectáculo han dado ambos.
Digamos, para entendernos, que en el turno de Cabrera Bello y Rahm se han visto más descalabros y la media de golpes ha sido superior (75,22 golpes de media, por los 73,27 del turno de Sergio), pero también el campo ha sido un poco más generoso con quienes estuvieran jugando de cine. ¿Por qué? Verdaderamente es imposible de discernir, pero así ha sucedido. Quizá responda sólo a la casualidad y tan solo a que en un turno hubo más iluminados que en el otro.
Sea como sea, Sergio nos ha recordado al de hace unas semanas en el Byron Nelson. Por juego y actitud. Sobre todo por esto último. Los errores parecen no hacerle demasiado daño. Puede que le tiren con bala, pero hace un tiempo que ha encontrado un chaleco anti frustración que le queda como un guante. Y no hay lugar más oportuno para exhibirlo que un US Open… Pinche aquí para consultar los resultados en directo.
