La mañana y la tarde en Shinnecock Hills han sido como la noche y el día. Se fue la lluvia, se despejó el cielo y paró el viento. Greenes receptivos. La fiera en su versión más mansa. Los birdies comenzaron a caer y el campo de Long Island, de repente, empezó a rugir. En el primer turno acabaron cuatro jugadores bajo par, mientras que en la segunda parte fueron nueve. Más de doble. Diferencia notable.
Johnson marca territorio ante Thomas y Woods
Sí, señores, el turno que jugó el jueves por la mañana y el viernes por la tarde ha tenido más suerte. De ahí que lo primero que hay que hacer es ponerse de pie y quitarse el sombrero ante Dustin Johnson. Es líder absoluto del US Open con cuatro bajo pasr y jugando en el turno más peliagudo. Sí, lo sé, es ciencia ficción, pero es inevitable tener la tentación de imaginar qué habría pasado si el Número 1 hubiera jugando en el turno opuesto. Igual, a estas alturas, el US Open estaría visto para sentencia.
Pero no es así. Aún queda mucha tela que cortar, aunque Johnson manda con algo más que autoridad. Es el único que está bajo par y el único también que ha jugado los dos días bajo par. Cosa seria. A cuatro golpes tiene a Scott Piercy y Charley Hoffman, dos golfistas de la clase media americana que más de una vez han asomado el morrillo en las grandes citas. No parecen rivales de entidad para discutirle un US Open a Dustin Johnson, pero ya saben ustedes que esto del golf es terreno abonado a la sorpresa.
Rafa no es Alicia en el País de las Maravillas
Hoffman fue uno de los que estuvo a punto de acabar el día bajo par, aunque un bogey final (y gracias) tras fallar la calle en el hoyo 18 se lo impidió. Sin embargo, el gran animador de la clasificación en el turno de tarde fue Ian Poulter (+1). El inglés llegó a colocarse con tres bajo par a falta de dos hoyos, es decir, a uno de Johnson. Sonaban tambores de guerra anticipando un duelo apasionante, aunque el héreo de Medinah también se quedó en el camino. Hizo triple bogey en el hoyo 8 tras una liada monumental desde el rough y remató con bogey en el 9.
Qué difícil es rematar con éxito una vuelta en un campo como Shinnecock, por mucho que estuviera en las condiciones más asequibles de la semana. Se lo pueden comentar si quieren a Jordan Spieth (+9), que encadenó cuatro birdies seguidos en una maniobra épica para meterse dentro del corte y acabó con dos bogeys en el 17 y 18 que lo dejaron fuera por uno. Su cara era un poema.
Sergio falla por primera vez tres cortes seguidos en grandes
Quien sí se metió en el fin de semana para celebrar su vuelta número 100 en un US Open fue Phil Mickelson (+6). El de San Diego ganó al campo y se da una nueva oportunidad en el único grande que falta en su palmarés. Está lejos y no anda tan fino como en México como para pensar que pueda levantar el trofeo, pero seguro que se encargará de animar el día del movimiento viniendo desde atrás.
El corte quedó fijado en +8, aunque estuvo flirtreando con el +7 durante la última hora de juego. La criba ha dejado fuera a golfistas como Rory McIlroy (+10), Jason Day (+12), Tiger Woods (+10), Sergio García (+14), Jon Rahm (+15), Martin Kaymer (+18), Bubba Watson (+11), Matt Kuchar (+12) o Adam Scott (+13). Ha habido escabechina, aunque el viernes terminara con un cierto toque dulce. Fue bonito escuchar rugir a un campo que ha permanecido en estado silente durante día y medio. Un espléndido avance de lo que puede pasar este sábado.
Dustin Johnson es el gran favorito al triunfo, aunque hay algunos primeros espadas perfectamente colocados para dar el hachazo. Se echó en falta un ataque aún más poderoso de Justin Rose (+1). El inglés hizo el par en unas condiciones donde muchos ganaron al campo, pero siempre es un candidato. Igual que Brooks Koepka (+1), dispuesto a firmar una poderosa defensa del título tras igualar este viernes la mejor vuelta de Tommy Fleetwood con 66 golpes, Henrik Stenson (+1), Tommy Fleetwood (+1) o Rickie Fowler (+1).
Rahm ya tiene ‘oficialmente’ una cuenta pendiente
Finalmente, Rafa Cabrera Bello (+4) ocupa el puesto decimocuarto, una sensacional sala de máquinas desde la que orquestar un interesante movimiento este fin de semana.
