Inicio Tengolf TV Sergio no dejaba de llevar el cántaro a la fuente…

Sergio no dejaba de llevar el cántaro a la fuente…

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Si es verdad aquello de ‘el que avisa no es traidor’, Sergio García (+1) será cualquier cosa menos un traidor. El de Borriol estaba sacando adelante un US Open notable sin saber muy bien cómo (luchándolo, eso sí) ni sentirse medianamente a gusto. Y no dejaba de repetir, desde el mismo martes, días antes del inicio, que no conseguía encontrar la llave de un swing consistente o el modo de tejer, al menos, una red de seguridad. Ni siquiera el 69 del jueves le hizo ver las cosas de otra manera, y mucho menos el 70 del viernes, aunque resultara un profundo y anhelado alivio volver a verse dentro del corte en un Grande. Nada, nada, que no había manera.

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Como quiera que en este bendito deporte, al más alto nivel, hemos asistido tantas veces a conversiones milagrosas de un día para otro, jugadores que en menos de 24 horas encuentran la piedra angular y pasan de pegarse en un pie a reventar los marcadores, era de ley dejar la puerta abierta al español. Entreabierta, al menos, aunque él se empeñara en cerrarla. Pero el 75 de hoy deja el asunto cristalino: Sergio, en efecto, ya no aspira a cotas demasiado altas en Pebble Beach.

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Los nueve primeros hoyos de esta tercera jornada destrozaban cualquier atisbo de conversión, pues el de Borriol, que arrancaba ya con un bogey en el hoyo 1, los pasaba en 40 golpes. A partir de ese momento, sin embargo, iba a mejorar, solventando algunas situaciones delicadas en los greenes para salvar pares y, albricias, pegando un tirazo en el hoyo 13 para dejarse casi dado el único y solitario birdie de la vuelta.

Nunca en la historia del US Open pasaron tantos españoles el corte

Sergio ha luchado con gallardía contra las adversidades, ha buscado y rebuscado en el fondo del armario de sus recursos y buceado en su vasta experiencia, pero quizá le ha faltado ese punto extra de fe a lo largo de toda la semana. De optimismo, aunque fuera ciego. Él nunca ha creído demasiado en este tipo de asuntos del espíritu, intangibles más o menos líricos y, la verdad, tampoco puede decirse que le haya ido muy mal. Pero también es muy cierto que, en época de vacas flacas, cualquier ayuda es poca, venga de donde venga.