Inicio US Open US Open 2019 Y entonces, fue Mickelson quien le pidió un consejo a Rahm

Y entonces, fue Mickelson quien le pidió un consejo a Rahm

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Phil Mickelson pega el golpe de salida en el tee del hoyo 9 en la ronda de prácticas del martes. (Copyright USGA/Darren Carroll)
Phil Mickelson pega el golpe de salida en el tee del hoyo 9 en la ronda de prácticas del martes. (Copyright USGA/Darren Carroll)

Phil Mickelson pega el golpe de salida en el hoyo 9 de Pebble Beach. Al fondo se ve la playa, animada, pero agradable, la gente justa. Más de uno está paseando a su perro completamente ajeno a lo que está pasando unos metros más atrás. Los aficionados auténticos, los que realmente vibran con el golf, están en el campo.

Público tranquilo, disfrutón. Es la noche y el día con el aficionado neoyorkino de vena hinchada de hace un mes en Bethpage. Aquí se aplaude, se anima, pero no se vive como un combate de boxeo. Este es más elegante, delicado, permite incluso que el rumor de la olas que embaten contra el campo se aprecie claramente.

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Nada más pegar desde el tee, un aficionado le comenta, levantando sólo ligeramente el tono, sin gritar: “Phil, hit the slam” (Phil, consigue el Grand Slam). No es una exigencia. Suena más a ruego. Es casi una justicia poética. Es el único Major que le queda por ganar, ha sido seis veces segundo, ha ganado cuatro veces en Pebble Beach y el domingo es su cumpleaños…

Mickelson, por supuesto, levanta su pulgar izquierdo y saluda al aficionado con un guiño mientras se toca la gorra con dos dedos. Junto a él camina Jon Rahm. Un Major más juntos. Otra ronda de prácticas absorbiendo información. Mickelson ha jugado, con éste, los últimos cuatro US Open en Pebble Beach. Desde 1992. Un lujo. Jon le pregunta todo lo que se le pasa por la cabeza, sobre todo en los greenes y sus alrededores. Desde el tee es muy difícil, por no decir imposible, tratar de imitar a Mickelson. Tiene sus propias líneas, sus propios golpes. Es un golf de marca registrada. Sin embargo, en caídas de green o en cómo puede salir ésta u otra bola desde el rough, tiene mucho que enseñar. Jon se lo bebe.

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No obstante, Rahm y Mickelson son mucho más que unos buenos compañeros de trabajo. Son amigos. Y entre amigos los consejos son de ida y vuelta. Por eso, el otro día, el de San Diego, que andaba algo perdido con su drive, le preguntó a Jon cómo lo hacía él, cuál era su sensación exacta cuando pega desde el tee. Y Jon se lo dijo…

“Yo me centro en la caderas. Subo el palo y después desgiro todo lo rápido que puedo. Haciéndolo de esta manera me pongo apuntando hacia la izquierda y sé que es imposible que la bola salga a la izquierda. Le dije que si él lo hacía enfilando a la derecha (por ser zurdo), jamás le saldrá una bola a la derecha. Le he estado viendo hoy y le he visto muy bien desde el tee”, aseguraba Jon.

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¿Y si Mickelson acaba ganando el Grand Slam con la sensación de Jon? “Si lo gana estaré muy contento, pero mucho más si soy yo quien le quita el Grand Slam porque gano esta semana”. Porque sí, amigos y tal, pero ante todo son acérrimos competidores. Los dos.