Inicio US Open US Open 2021 DeChambeau arregla su swing en sueños y Bubba ejerce de psicólogo inesperado
Las otras historias de la segunda ronda del US Open Championship

DeChambeau arregla su swing en sueños y Bubba ejerce de psicólogo inesperado

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Bryson DeChambeau. (Darren Carroll/USGA)

La segunda ronda del US Open Championship de Torrey Pines nos ha dejado historias que van más allá del coliderato de Russell Henley y Richard Bland y que, en algunos caso, dan para escribir una novela. Los protagonistas son Bryson DeChambeau y Bubba Watson, dos de los personajes más peculiares del golf mundial.

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DeChambeau se quitó cuatro golpes del jueves al viernes. Arrancó con una vuelta amarga de 73 el primer día y reaccionó muy bien el segundo. Firmó 69 y sacó la mano por la ventanilla anunciando su llegada a la carrera final por la victoria. ¿Qué ocurrió entre una jornada y otra? Ya lo saben, estas historias de DeChambeau nunca defraudan.

– El jueves estuvo especialmente errático con los wedges a green. Desde el tee no anduvo mal, con algún fallo aquí y allá pero normalmente consistente, sin embargo con los hierros estuvo algo más que despistado. ¿Solución? Bolas, bolas y más bolas. DeChambeau se fue a practicar nada más acabar la ronda, pero había un problema. Jugó por la tarde, hubo retraso por niebla y se quedó sin demasiado margen. Aún así lo intentó y estuvo pegando tiros hasta que literalmente no veía su bola volar ni aterrizar. Estuvo hasta las nueve y media de la noche en el campo de prácticas y se marchó. No había encontrado la solución y se marchó a la cama sin cenar y, prácticamente, si cruzar una palabra con nadie. Estaba preocupado y hasta angustiado.

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DeChambeau es un profesional intenso. Siempre lo ha dicho. Hasta que no entiende lo que está pasando y cómo solucionarlo no lo deja. Por eso, no es de extrañar que su mente trabaje incluso en sueños. También forma parte de su parafernalia y su manera de entender el espectáculo. «Encontré la solución mientras dormía. Me desperté en mitad de la noche y me di cuenta de lo que estaba pasando de cuál era el ajuste que me podía ayudar a pegar a la bola como yo quiero», explicó ayer tras la segunda vuelta. Sin meternos en demasiados tecnicismos, ya que no siquiera el propio Bryson lo hizo, básicamente señaló que la sensación que buscó ayer fue mantener la muñeca derecha más tiempo doblada en el momento del impacto. Las cosas de DeChambeau.

– La otra historia tiene que ver con otro de los jugadores más particulares del mundo del golf. Se trata de Bubba Watson. Si hay un papel en el que uno no se espera ver a Bubba es el de psicólogo. No por nada, sino porque se trata de un jugador hecho a sí mismo, personal e intransferible, que durante la mayor parte de su carrera no ha tenido ni entrenador de swing. Parece difícil imaginar a Bubba ayudando a otro compañero, ya que parece que lo que le sirve a él sólo le sirve a él y nada más. Sin embargo, Matthew Wolff ha desvelado que una charla con Watson fue crucial para levantarle el ánimo y ver las cosas de otra manera.

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Ocurrió durante la vuelta de prácticas del martes. Bubba y Wolff jugaron juntos. El bombardero zurdo tiene una buena conexión con Wolff, otro bombardero de tomo y lomo. Así, ha estado pendiente de los problemas que ha tenido el joven golfista en los últimos meses y que le han hecho renunciar a muchos torneos, incluido el PGA Championship. «Lo único que le dije ese día fue que como yo ya soy mayor he vivido muchas cosas. He malgastado el dinero y he ahorrado. He comprado y he vendido empresas. He estado muy fuerte y he perdido mucho peso. Sólo le dije que si algún día quería hablar, que ahí estaba yo para escucharle, ni siquiera me ofrecí a darle un consejo porque no sé si soy capaz o le puedo ayudar, pero si necesita desahogarse y contar las cosas, que soy su hombre», explicó.

Wolff aseguró que esa charla fue muy importante para él. «El mundo del golf es muy solitario e independiente y ver a un compañero como Bubba que te dice que está ahí para escucharte, me llenó de alegría y me reconfortó. Además, me dijo una cosa que se me quedó clavada. Me comentó, y no sé si debería decirlo, espero que no le importe, que hasta en cinco ocasiones había pensado en dejar el golf durante su carrera. Que te diga eso alguien que ha ganado dos Masters y que lleva una carrera de golf tan impresionante, te ayuda a ponerlo todo en perspectiva». Wolff y Bubba, por cierto, están arriba en este US Open. Wolff está con -4 y Bubba, que juega hoy con Jon Rahm, con -3. Una bonita historia de camaradería.

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– Por último, la historia de la retirada de Viktor Hovland. El noruego se marchó después de haber jugado nueve hoyos de la segunda ronda. La razón fue una lesión en el ojo. Mala suerte. Concretamente, mientras estaba dando bolas en el calentamiento antes de salir a jugar se le metió en el ojo un poco de arena. Tampoco le dio mayor importancia, se la estuvo quitando como pudo, llorando, con agua, pero no terminaba de mejorar. Le molestaba mucho tener el ojo abierto. Poco a poco, mientras siguió el calentamiento fue mejorando y por eso decidió salir a jugar, pero de nuevo durante la vuelta las molestias aumentaron y tuvo que dejarlo. Horas después subió una foto a las redes sociales con un parche en el ojo.

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