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Siete historias finales que rematan la gesta de Jon Rahm en el US Open

Una de Call of Duty, el putt de Lee Westwood y la proclama de Rory

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Jon Rahm, con el trofeo del Us Open. (© Golffile | Fran Caffrey)

El ramillete de historias que ha dejado la victoria de Jon Rahm en el US Open Championship de Torrey Pines es fascinante. Se han contado ya muchas, pero hay algunas que no merecen quedarse olvidadas en el tintero. Son pequeñas píldoras, cuentos breves que envuelven la gesta, retales que terminan de tejer la obra maestra del campeón de Barrika.

El putt de Lee Westwood… Cuando aún le quedaban tres metros para llegar al hoyo, Jon Rahm ya ya sabía que el putt del hoyo 18 iba dentro. Uno lo ve por la tele y hasta parece fácil, pero era un putt trampa. En la última cuarta caía muchísimo a la derecha, mucho más de lo que se podía apreciar a simple vista. Es más, Jon no habría metido ese putt de no haber tenido una referencia clave en su cabeza. «Lee Westwood tuvo un putt muy parecido al mío en 2008 el domingo para meterse en el desempate, en esa misma bandera, la del domingo de aquel US Open. Yo lo había visto en vídeos y recordaba que me sorprendió mucho por lo que caía al final. Ayer me acordé de aquel putt antes de tirarlo. Calculé más caída de la que pensaba y entró», explicó Jon. Si no llega a ver el putt de Westwood igual no la habría metido… Y después hay golfistas que aseguran que no ven golf por la tele. Ellos mismos.

Rahm supo el sábado por la noche en el vestuario que iba a ganar el US Open

Rahm, la preparación de un milenial… Hay pocas cosas más interesantes que saber lo que ha hecho el campeón de un Grande la mañana del domingo antes de salir a jugar la ronda final. Obviamente, el ‘tee time’ suele ser tardío por lo que hay muchas horas por delante para hacer cosas. Lo que hizo Jon Rahm es propio de un milenial. A cada generación le toca lo suyo. «A muchos les va a sorprender, pero lo que hice por la mañana, después de que el ruido de los cuervos me despertara, fue ver un partido de Call of Duty. El día antes había jugado un equipo al que sigo, Op Tic Chicago, y sabía que podía verlo. Duró una hora y media. Agua, café, el desayuno y un partido de Call of Duty, tan simple como eso. Después, también estuve jugando un poco con Kepa».

Kepa y el control de la frustración en el campo de golf… Jon Rahm asegura que la tercera ronda del PGA Championship supuso un antes y un después respecto a la manera de expresar sus emociones en el campo de golf. Lleva tiempo trabajando en esto, ha sido una carrera de fondo y ha hecho unos progresos brutales año a año, pero aquel día en Kiawah Island hizo tabla rasa. Acabó muy frustrado porque las cosas no salieron como quería y se quedó muy lejos del liderato. Se enfadó y tuvo algún que otro gesto durante la ronda que no le gustó. Lo vio luego por televisión y dijo: «se acabó, no quiero que mi hijo vea eso de su padre». Así lo explica el propio Jon: «Ser padre me va a ayudar a cambiar. Antes siempre podía poner la excusa de que enfadarme me había ayudado en el pasado a ganar torneos de golf, a sacar lo mejor de mí mismo, pero ahora soy un modelo a seguir para mi hijo, igual que para muchos niños. Ahora entiendo cómo lo puedo hacer sin mostrar tanta frustración. Hice ese trato conmigo mismo después de la tercera ronda del PGA. No estaba contento con cómo terminé y podría haberlo manejado mejor. Me prometí a mí mismo ser un mejor modelo para mi hijo. Él no recordará nada de esto porque solo tiene unas semanas, pero lo hago igual. Quiero que en el futuro crezca estando orgulloso de su padre. Espero poder darle ese ejemplo». Su actitud durante el Memorial o el US Open ha sido sobresaliente, y no precisamente porque no haya tenido momentos delicados.

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La proclama de Rory McIlroy… «Jon ha ganado dos torneos seguidos y me da igual lo que diga la gente. Los dos títulos son suyos. Tuvo la mala suerte del positivo, pero estaba jugando un gran golf. Mentalmente hay que ser muy fuerte para recuperarse de algo así y él lo ha demostrado». Palabra de Rory. Palabras mayores. Además, McIlroy añade sobre la categoría del jugador español: «Cien por cien era cuestión de tiempo que ganara un Grande y este es un campo donde ha tenido éxito. Realmente, no creo que haya ningún campo de golf donde no pueda tener éxito. Es un súper jugador y el Grande le estaba esperando. Era sólo cuestión de tiempo. Hacer hoy 67 golpes es una gran vuelta de golf», explicó.

Tortas para pedirse a Wolff el domingo en el The Country Club el año que viene… Matthew Wolff ha jugado dos US Open. El primero fue en Winged Foot el año pasado y salió el domingo a jugar con Bryson DeChambeau. El segundo ha sido en Torrey Pines y salió a jugar el domingo con Jon Rahm. DeChambeau y Rahm ganaron el US Open. No hay que ser un supersticioso de tomo y lomo para ponerle velas a la virgen en junio de 2022 y pedirle que te toque el domingo con el joven norteamericano. Por cierto, Wolff señaló que «los dos putts que metió son para acabar son increíbles, impresionantes. Jugó muy bien y es un golfista de clase mundial. No me sorprende en absoluto verle jugar a ese nivel».

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La llamada de Harrington y el mensaje de Nick Faldo… Padraig Harrington fue uno de los primeros que llamó por teléfono a Jon Rahm después del positivo en el Memorial. El golfista de Barrika aún estaba en el camión de aislamiento del PGA Tour, por lo que fue apenas unos minutos después de recibir la impactante noticia. «Me dijo que él perdió un torneo que iba ganando por cinco golpes por no firmar la tarjeta después de la tercera jornada. Fue descalificado. Me dijo que aprendió mucho de aquello», explicó Jon. Mientras, Faldo le mandó un mensaje y le contó que él iba ganando por seis golpes un torneo a falta de seis hoyos y fue descalificado. El siguiente torneo que jugó lo ganó, cree Jon que fue el torneo del millón de dólares de Sun City. «He pensado un par de veces en ellos hoy cuando estaba en la ronda final del US Open. Hay que reponerse ante la adversidad», remató.

El detallazo de Mickelson… Phil Mickelson se cruzó con Jon Rahm cuando el español iba camino del tee del 1 para salir a jugar la última ronda. Le deseó suerte y le dijo que iba a verlo por televisión. Jon dio por hecho que Phil volvió a su casa, ya que vive cerca del campo, y que después regresó cuando estaba con opciones de ganar. «Es algo único que hace solo un mes, o menos, estaba allí viéndolo ganar en Kiawah. Yo fui parte de un momento asombroso en la historia para él y para la historia del golf. Sé que hablará conmigo en algún momento de nuevo porque hoy no hemos tenido mucho tiempo. Solo el hecho de que viniera, se nota, somos muy buenos amigos. Somos extremadamente competitivos; no me malinterpretes. Somos extremadamente competitivos, pero cuando llega ese momento, estamos muy felices el uno por el otro». Mientras, Mickelson dijo de Jon: «Es un caballero gigantesco. Tiene un gran corazón, y al mismo tiempo, desprende fuego y pasión por el juego. Realmente disfruto estar cerca de él. La primera vez que lo vi él estaba en San Diego, San Diego Country Club, cuando Tim era entrenador en Arizona State. Ganó el torneo aquí. Hizo birdie al 16, 17 y metió un putt crucial de par en el 18 para ganar el título para el equipo. Siempre quería saber qué tenía que hacer para ayudar al equipo, y quería tener el control de eso, y ese tipo de actitud es lo que buscas en alguien para ser uno de los mejores del mundo».