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Crónica de la vuelta de Sergio García en la segunda jornada del US Open

¿Es razonable que Sergio no entienda por qué no está más arriba en este US Open?

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Sergio García durante la segunda jornada del US Open 2022. © Golffile | Mateo Villalba
Sergio García durante la segunda jornada del US Open 2022. © Golffile | Mateo Villalba

“Mi juego estos dos días podía haberme valido perfectamente para estar en la disputa este fin de semana. He pegado muchos tiros muy buenos, que salían tal y como los había planeado, pero no ha habido manera de dejar la bola a menos de ocho o siete metros de la bandera. Una racha que cambiaba la dirección del viento, una bola que no cogía la pendiente por centímetros… Podía estar arriba en la clasificación y aquí estoy, mirando a ver si paso el corte”. Son palabras de Sergio García minutos después de firmar una buena tarjeta de 70 golpes en la segunda jornada del US Open.

En el momento de editar esta crónica, en efecto, su acumulado de +4 estaba fuera del corte y, además, da la sensación de que habrá que esperar hasta bien entrada la tarde en Brookline para ver si el español, entre otros, puede ser de la partida durante el fin de semana (con este resultado de +4 y la segunda ronda terminada están también el chileno Mito Pereira, gran protagonista hace un mes en el PGA, el coreano Sungjae Im o el canadiense Corey Conners). Bueno, habrá que esperar hasta bien entrada la tarde y quién sabe si incluso un poco más, puesto que la amenaza de suspensión por tormenta eléctrica se cierne sobre el The Country Club. Si hubiera una suspensión, habría que ver cuanto tiempo está parado el juego y si incluso la segunda jornada debiera finalizar el sábado por la mañana.

Sergio no termina de entender el simple hecho de ir esta semana en Brookline con un acumulado de cuatro más. Vayamos por partes, considerando todas las circunstancias. En primer lugar: el hecho de haber llegado el miércoles y no poder preparar el torneo como es habitual en él, no le ha ayudado demasiado, más bien todo lo contrario. En segundo lugar: su caddie, Glen Murray, había hecho ya un concienzudo trabajo del campo desde el lunes, que fue convenientemente testado junto a Sergio durante esas tres horas del miércoles en las que caminaron juntos todo el campo y trabajaron en los greenes. Es cierto que lo lógico, razonable y aconsejable, es haber trabajado el campo más al detalle, pero también es muy cierto que este tipo de jugadores, aunque sea de manera excepcional, pueden rendir o competir perfectamente al ciento por ciento sin tener hechos esos deberes previos.

En tercer lugar: hay que darle un voto de confianza a las sensaciones de Sergio García, según las cuales ha sentido que su juego estaba esta semana para metas más altas, precisamente porque suele ser un jugador que tiende a disparatarse por el otro lado, calificando como rondas de golf malas (y hasta muy malas) algunas que realmente, vistas desde fuera y con los números en la mano, han sido objetivamente decentes, buenas y hasta notables.

Sergio se ha dejado por el camino varios putts cortos a lo largo de estos primeros 36 hoyos, es muy cierto, sobre todo para salvar pares, que ya se sabe que en un US Open son oro en polvo. Pero sería un error buscar en los greenes la única razón de sus registros. De hecho, hoy terminaba su ronda embocando un putt de más de cuatro metros para salvar el par en el 15, otro de más de un metro para hacer lo propio en el 16 y uno más de casi tres metros en el 17 para hacer el birdie que le ha permitía concebir todavía alguna esperanza de meterse en el fin de semana.

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