La comparecencia de Brooks Koepka ante los medios en Los Angeles Country Club, donde arranca este jueves el US Open, ha resultado ser tan pletórica como reveladora. No cabe duda de que estamos ante un campeón con la confianza y la moral en unos niveles estratosféricos, las ideas clarísimas y la determinación de los más grandes. Hasta parece lógico, en su actual posición, que algunas de sus aseveraciones o reflexiones puedan resultar arrogantes.
El caso es que su larga intervención, respondiendo con gusto a cada pregunta, ha terminado transformándose en algo así como un Perfecto Manual del Ganador de Majors. No tienen desperdicio sus análisis y enfoques, su razonamiento acerca de dónde saca ventaja sobre los demás en estos torneos, sus explicaciones acerca de cómo vive estas cuatro semanas del año, las de los Grandes, que son las únicas que de verdad le importan. No es que cuente todos sus secretos, pero afirma sin rubor alguno que él descubrió la fórmula. Y hasta aporta algunos consejos prácticos muy interesantes del método que él utiliza en la preparación de la estrategia puramente técnica, aunque al final todos los caminos lleven a al mismo lugar: los majors son fundamentalmente una despiadada pelea de desgaste en la que sólo quedan en pie las mentes más resistentes y, sobre todo, lúcidas.
Vayamos con todas sus sentencias, argumentos y reflexiones. Hasta cuando se ha referido a la fusión entre el Fondo Saudí y el PGA Tour, en realidad estaba hablando ya del US Open, de los majors. “No he prestado mucha atención. Intento estar sólo enfocado en esta semana. Creo que por eso he sido bueno en los majors. Hay cuatro semanas al año que realmente me importan y ésta es una de ellas. Quiero hacerlo bien, jugar bien. No estoy preocupado por el futuro, sólo por este US Open. Si puedo ganar rápido el sexto (Grande) sería magnífico”.
– Un matiz interesante sobre su preparación específica para estos torneos en los días previos al inicio, durante las jornadas de práctica. “Probablemente desde 2014 he jugado cada día de practicas sólo nueve hoyos. Mantengo la misma rutina y las cosas simples. La parte del campo en la que descubro más dificultades es la que juego otra vez”.
– La seguridad que demuestra en haber hallado la fórmula correcta para llegar en las mejores condiciones al tee del 1 el jueves. “Tengo mis propias rutinas. Son simples y llanas. Estoy bastante seguro de saber lo que hace falta para competir bien en los majors. He ganado cinco y he quedado segundo cuatro veces. Lo tengo: sé cómo prepararme cuando estoy en casa y luego, cuando ya estás aquí en los días previos”.
– Una creencia muy sencilla acerca de la preparación exhaustiva de los campos y de todos los condicionantes que puedan darse, refiriéndose sobre todo a que la clave de todo está en la mentalidad. “Puedes preparar todo lo que quieras. Puedes investigar todo lo que quieras, recoger toda la información que quieras, pero poco importa al final del día. Soplará un viento distinto o sencillamente no pegarás el golpe que querías”.
– Por qué cree él que tiene ventaja sobre el resto en estas citas. “Cuanto más caóticas se vuelven las cosas parece que se hacen más fáciles para mi. Disfruto del caos. Todo comienza a ralentizarse y soy capaz de mantenerme en lo que necesito, mientras los demás se distraen, preocupados con otras cosas”.
– Un ejemplo concreto de su disfrute en el caos. “Me viene a la cabeza el US Open en Shinnecock. Allí todo el mundo estaba quejándose, todos pendientes de las condiciones del campo, y se olvidaron de lo que estaban haciendo allí, que era jugar un major. Eso, en vez de pensar, OK, los greenes están muy rápidos, pero si te dejas un putt cuesta arriba tampoco están tan mal…”.
– Su especial querencia por los torneos exigentes, otra clave. “Me encanta cuando soy consciente de que el ganador estará al final cerca del PAR. Si va a ser un festival de birdies y un resultado ganador de -21… Ese no es mi estilo. No creo que yo haya competido en muchos torneos con ese perfil y diría que la mayoría de mis victorias han estado en torno a un acumulado de -10 o menos, que creo que es lo adecuado para los grandes campeonatos”.
– Una mentalidad a prueba de bomba, absolutamente necesaria. “Siento que puedo durar más que todos cuando las cosas están igualadas a muerte. Siento que puedo desgastar a los demás en el campo de golf y creo saber mentalmente cuándo es el momento de aprovechar la oportunidad e ir a por ella. Y tener paciencia: saber cuándo hay que ir a por una bandera y cuándo ser más cauteloso”.
– Un plan ambicioso a futuro, fundamentado en una confianza plena en sí mismo. “Busco los dobles dígitos en cuanto a victorias en majors. No creo que sea imposible para mí. La manera en que me preparo y adapto mi juego para estos retos me va a ayudar. Sólo tengo 33 años, tengo tiempo. Sólo tengo que mantenerme sano y seguir haciendo lo que estoy haciendo”.
– Un espíritu crítico muy afilado, vital en todo el proceso y el método. “Siento que soy muy bueno en aprender de los errores. Me siento y reflexiono sobre ellos durante dos o tres días, bien sea inmediatamente después o dejando pasar un tiempo. Es necesario ser realmente veraz y honesto contigo mismo. Y revisar por qué las cosas salieron como salieron: ¿qué estaba pensando en ese momento? ¿Cuál fue mi proceso de pensamiento? ¿Cómo ejecuté lo que quería hacer? ¿Hubo o no hubo mala suerte? Si de verdad eres honesto contigo mismo, encontrarás el por qué”.
– Un apunte final técnico muy sugestivo acerca de cómo prepara la estrategia. “Una vez que llego al fairway averiguo cuál es el mejor lugar para atacar el green. Con ciertas ubicaciones de banderas, averiguo cuál es el mejor lado para fallar. Siempre hay un lado que es mejor que el otro. Luego, cuando llego al green me paro en medio y miro hacia atrás… Claro como el día. Simplemente juego el hoyo al revés. Creo que pararse en el medio del green mirando hacia atrás, hacia el tee o el fairway, lo que sea, dependiendo de lo que puedas ver, te aclara mucho cómo jugar el hoyo, cuál es la forma correcta de jugarlo”.
