Inicio US Open US Open 2023 A Jon Rahm se le ha puesto la sonrisa del jugón
El golfista español disecciona con todo lujo de detalles el campo del US Open 2023

A Jon Rahm se le ha puesto la sonrisa del jugón

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Jon Rahm
Jon Rahm pega el golpe de salida en el hoyo 2 durante la vuelta de prácticas. (Jeff Haynes/USGA)

Los Angeles Country Club es escenario de un Grande por primera vez en su historia. Son muchos los jugadores, la mayoría de hecho, que se enfrentan esta semana por primera vez a este coqueto y juguetón diseño anfitrión del US Open. No es el caso de Jon Rahm.

El golfista español lo jugó hace diez años y hubo flechazo. Al de Barrika le brillan los ojos de manera especial. Que nadie le toque Torrey Pines, faltaría más, pero al margen de su Edén particular en San Diego, el North Course de Los Ángeles se sitúa muy arriba en sus sedes favoritas del US Open. «Creo que va a ser muy divertido. Es bastante diferente a lo que solemos ver en un US Open. Es estilo Riviera. Hay bogeys, sí, pero también hay birdies. No hay obstáculos acechando por todas partes. Lo juegas como lo ves y te manejas como puedes», asegura el vigente campeón del Masters y ganador del US Open en 2021.

Rahm jugó aquí en 2013. Fue el PAC Championship, uno de los torneos universitarios más importantes del calendario. Algo así como la final de conferencia, con la presencia de los mejores golfistas de la costa oeste. Jon acabó décimo con cuatro rondas de 75, 67, 68 y 75 golpes. Ganó Max Homa, que se hizo el primer día un tarjetón de 61 golpes, nueve bajo par. «No creo que veamos ese resultado esta semana», afirma Jon con una sonrisa. Y a Rahm el campo ya entonces le hizo tilín. «Es un gran campo de golf, un gran diseño, me gusta, te hace pensar, tiene potencial para ser uno de los mejores US Open que hemos visto», remarca. Palabras mayores.

Jon tiene claro que los pares 3 pueden ser decisivos esta semana. Primero porque hay cinco, que no es habitual, y segundo porque son muy difíciles, especialmente los hoyos 7 y 11, largos como un día sin pan, acercándose desde atrás a las 300 yardas. «Son pares 3,5, diría yo. A ver, todo lo que sea estar entre el par y +3 en los pares 3 al final de la semana significará que va a ser de los mejores», señala. Háganse una idea de la dificultad: Jon pegó el lunes una madera 3 en el 7 y se quedó corto de green. Monstruito.

Para Rahm el 7 es algo más complicado que el 11 por el viento. En el primero pilla generalmente en contra y en el segundo ayuda. Pero si hay un par 3 que le gusta es el 15, el corto, el que se jugará esta semana, al menos algún día, en 75-80 metros. «Hace 10 años pegué un gran golpe, picó a medio metro del hoyo y me fui largo al rough. Era un lob wedge a favor del viento, que es el viento dominante en este hoyo. Muy pocas veces vas a tener un hoyo tan corto en el que los mejores jugadores del mundo van a estar pensando en ir seis metros largo a la izquierda para usar la pendiente con el objetivo de al menos coger green. Eso es algo hermoso. Ojalá viéramos más hoyos así. Puedes ser valiente y pegar el golpe que te pide, o puedes usar la parte delantera con la pendiente y dejarte una opción de birdie. No es fácil, pero sí divertido. Dependerá del viento. Si no sopla, puedes ser agresivo, pero si sopla te puedes encontrar una situación difícil», argumenta.

Otro de los hoyos estrella esta semana es el 6, un par 4 corto que invita a tirar a green. Rahm admite que aún no ha decidido cómo lo jugará. Va a depender del viento y de lo cómodo que se encuentre en ese momento. Aún así, tiene claro que la opción de jugar corto con un hierro 4 y pegar luego un wedge a green, puede ser la mejor. «Creo que si tiras a colocar cada día y la pones en el sitio, no es el wedge más difícil y la media de golpes puede ser mejor al final de la semana. Si pegas a green y es un tirazo puedes hacer eagle, es cierto, pero también te puedes meter en problemas y acabar con bogey», apunta.

Es obvio que el campo le entra por los ojos a Jon. Esto no quiere decir nada, no asegura que vaya a hacer un gran resultado o que el domingo lo veamos en la pelea por ganar, pero sí se le ve con la ilusión de un jugón, con ganas de afrontar los desafíos que le irá poniendo el campo. Es un diseño que a Rahm le motiva para jugar al golf, jugar en el sentido más amplio de la palabra, no sólo pegar golpes uno detrás de otro. «Hay un poco de todo y es divertido. Tiene una diversidad que yo no había visto antes en un US Open. Empiezas con 1, 2 y 3 que son opciones de birdie, después el 4, 5, 7 y el 9, según la posición de la bandera, te dan una patada en los dientes. Tienes también pares 4 de driver y wedge y otros más largos como el 13, 16 y 17. Nos lo vamos a pasar bien», remata.