Sergio García (+1) ha pasado el corte en el US Open. No parece gran cosa para alguien que ha ganado el Masters de Augusta y que tiene la excepcional trayectoria del jugador de Borriol. Sin embargo, si lo ponemos en perspectiva hay que valorarlo. De los últimos 21 Grandes que ha disputado, incluida esta semana, sólo ha jugado los cuatro días en siete ocasiones, una de cada tres. Y en cuanto al US Open venía de fallarlo el año pasado en el The Country Club. Así que sí, hay apreciarlo, aunque a Sergio le sepa a poco.
Mucho más si tenemos en cuenta que ha sufrido una barbaridad para sacar el día adelante. Sergio entiende que los Grandes se le están atragantando. Psicológicamente se han convertido en un muro que le cuesta superar. Hoy mismo ha estado a punto de saltar por los aires. Ha sido con los dos bogeys consecutivos en los hoyos 8 y 9. Ahí se ponía +1 en el día, +1 en el total, pero la cabeza ha empezado a viajar a mil por hora y no precisamente por el camino más adecuado.
Ha sido justo ahí cuando Sergio se ha recordado a sí mismo que no se podía permitir bajar los brazos. «He recordado lo que me ha costado llegar hasta aquí, jugando un previa de 36 hoyos y he dado todo lo que tenía. No puedo decir más. He luchado y lo he puesto todo, pero siento que por una cosa o por otra las cosas no me terminan de salir en los Grandes: la bola que se va a quedar dada acaba a tres metros, el bote que puede ser bueno termina siendo malo… Pero bueno, es lo que hay y yo voy a seguir luchando», aseguraba este viernes al finalizar la vuelta.
Sergio tiene margen para crecer el fin de semana, aunque desde el punto de vista de la confianza no las tiene todas consigo. «Yo voy a luchar todas, eso seguro, y veremos hasta dónde llego», afirma.
Aquí os dejamos sus declaraciones al acabar la segunda vuelta, con esa mezcla de satisfacción y orgullo por la pelea y desconcierto porque no termina de exprimir su juego en las grandes citas.
