Inicio US Open US Open 2023 Jon Rahm acaba pidiendo la hora y jurando en Arameo
Pasa el corte justo en la cifra en un día para olvidar que acabó como el rosario de la aurora

Jon Rahm acaba pidiendo la hora y jurando en Arameo

Compartir
Jon Rahm - US Open 2023
Jon Rahm, durante la segunda ronda del US Open. (© Golffile | Pedro Salado)

Que el sabio refranero popular español nos asista porque no es sencillo explicar lo que ha ocurrido este viernes en la segunda ronda de Jon Rahm (+2) en el US Open. Ha hecho 73 golpes y ha superado el corte, aunque ha pasado las de Caín. Ni los más viejos del lugar recuerdan una secuencia de hoyos tan errática como la que ha vivido el golfista de Barrika entre el 11 y el 18.

Han sido los odiosos ocho. Ya saben, por aquello de que estamos en Hollywood. En todos sin excepción ha sufrido para salvar el par y lo ha conseguido en el 13, 14, 15 y 16. Menos mal. Realmente, sólo ha pateado para birdie en el 15, pero ni siquiera se puede considerar una oportunidad porque desde donde estaba era sencillamente imposible embocar salvo por azar.

Rahm se ha metido en el corte, pero lo ha hecho pidiendo la hora, justo en la cifra y terminando con dos bogeys feos en el 17 y 18, el primero desde el centro de la calle y el segundo con un absoluto recochineo por parte de esos dioses del golf que tienden a tomarla con el que sufre. Ha fallado la calle, ha tenido que jugar corto y su tercer golpe, a unos 80 metros, ha botado a un palmo del hoyo, a punto del birdie. Se ha ido a tres metros por el efecto de retroceso y ha fallado el putt de par.

No se puede decir que Jon haya tirado la toalla en ningún momento. Sería injusto. No existe en su vocabulario esta expresión. Lo ha luchado hasta donde le han llegado las fuerzas físicas y psicológicas. Sí es cierto que ha dado síntomas de desesperación y una enorme frustración. Como si echara en falta algo de energía, con toda seguridad mental, para exprimir el resultado. Es como si ahora mismo no le diera. Si juega mal, sobrevive como puede, siempre lo intenta, pero lo paga. Y cuando juega bien no saca todo el partido. Es un momento áspero.

Sea como fuere, Jon hoy no ha jugado bien, y eso que el comienzo ha sido soñado. Ha arrancado con un eagle estratosférico en el hoyo 1 y después se le ha escapado una clara opción de birdie. A partir de ahí ya no le ha salido nada, ni a las duras ni a las maduras. Ha estado muy fallón con los hierros. Un birdie más en el 6, el par 4 corto, y pare usted de contar. Áspero y arenoso. Terminaba con cuatro bogeys en esos odiosos ocho. Será difícil encontrar una secuencia tan mala en toda su carrera. Ocho hoyos sin tener una mínima opción de birdie es algo casi inaudito en la carrera de Rahm. Se ha salvado por la campana y porque se ha dejado hasta la última gota del sudor para salvar pares, aunque no siempre haya podido.

Lo único bueno del día, que terminaba con un Jon muy enfadado, es que ha pasado el corte y tendrá el fin de semana por delante para mejorar posiciones. La victoria es ya una quimera. Son doce golpes respecto a Rickie Fowler (-10), aunque la distancia es lo de menos, lo peor es esa sensación de que no termina de cuajar una gran vuelta de golf, donde todo más o menos le salga de principio a fin. A veces, da la sensación de que necesitara un reseteo.

En cualquier caso, hablamos de Rahm, ganador del US Open y del Masters, y de otros tres torneos, este mismo año. No seremos nosotros los osados que dudemos de su capacidad para darle la vuelta a la tortilla. Si alguien puede convertir la noche en día es el de Barrika, por mucho que ahora mismo le esté costando encontrar los conejos en la chistera.

Resultados en directo del US Open Championship 2023