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Wyndham Clark gana el US Open en Los Angeles Country Club derrotando a McIlroy

Clark ha dejado de ser Kent

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Wyndham Clark levanta el trofeo de campeón del US Open 2023
Wyndham Clark levanta el trofeo de campeón del US Open 2023. (Robert Beck/USGA)

El bagaje de Wyndham Clark en los Grandes antes de llegar a Los Angeles Country Club era paupérrimo. Había jugado seis, con cuatro cortes fallados y un puesto 75º como su mejor resultado. Este domingo, al séptimo intento, ha conquistado el US Open Championship. Una historia de cuento. O de Hollywood, si lo prefieren, por aquello de la ubicación del recorrido a menos de media hora de los legendarios estudios Universal.

Pero hay más. Hace 42 días Clark ni siquiera había conseguido una victoria como profesional. A sus 29 años sí había demostrado potencial, mantenía la tarjeta del PGA Tour sin grandes esfuerzos y en alguna ocasión estuvo donde se reparte el bacalao los domingos, pero realmente jamás había estado cerca de una gran victoria. Su mayor logro era un segundo puesto en el Bermuda Championship, un torneo muy menor del circuito americano. Hoy es campeón del US Open. De cuento. De película.

El derrotado ha sido Rory McIlroy. Una vez más. El norirlandés acabó a un golpe del campeón. Es su tercer segundo puesto en Grandes y su decimoséptimo top 5. Es un jugador excepcional, pero es innegable que su capacidad para cerrar las victorias no está a la misma al altura que su talento para pegar a la bola. Bien es cierto que tampoco se le pueden poner muchos peros hoy.

Su plan para ganar el US Open era bueno y estuvo a punto de salirle. Buscó minimizar los riesgos, fallar lo menos posible y aprovechar las oportunidades de birdie. Jugó conservador, pegando mucha calle y tirando casi siempre a centro de green. Se infló a hacer dos putts. Se le podrá criticar que no fue capaz de cambiar de marcha cuando hizo falta. No pego ningún gran tiro, no sacó nada de la chistera. Sólo hizo un birdie en 18 hoyos, en el 1 y con dos putts. ¿Demasiado poco? La clasificación del torneo así lo dice. Pero estuvo a un tris de ser un plan perfecto.

Realmente no le salió a McIlroy por dos cosas. La primera es porque Clark ya no es Kent, sino Superman. El golfista nacido en Denver y vecino de Jon Rahm en Scottsdale salió de situaciones increíbles con un juego corto alucinante. Seguramente, en condiciones normales, Rory podría haber ganado el US Open hasta con dos o tres golpes de ventaja, pero lo de Clark alrededor de green fue pura magia.

Arrancó con un birdie buenísimo desde el rough en el 1, siguió con otro birdie sensacional desde el rough en el 6, sacó adelante incluso un bogey fabuloso desde la hierba más profunda en el 8, volvió a firmar una recuperación heroica en el 9, jugando desde el rough a 10 metros a la izquierda de la bandera y metiendo un gran putt de par y superó otras dos situaciones de susto o muerte en los hoyos 11 y 17 (ya si salva la del 16 es para ponerle un monumento como escapista). No, señores, no es normal sacar adelante estas seis recuperaciones con la enorme presión de estar en la ronda final del primer US Open que vas a ganar en tu vida. Por eso hoy llevaba puesto bajo su ropa el traje de Superman.

La otra razón por la que no ganó McIlroy fue el hoyo 14. El único par 5 de los segundos nueve hoyos se salió del plan. Rory falló la salida, jugó corto a colocar y pegó un tercer tiro pobre. Es verdad que estuvo a tres palmos de ser un tirazo y convertirse en una clara opción de birdie, pero ajustó demasiado, quizá el tiro más arriesgado del día, se quedó corto y se empotró en el rough. Su golpe de recuperación desde la hierba espesa no fue malo, pero era casi imposible dejarla más cerca de tres metros. Y falló el putt. Fue un bogey que no entraba en ningún cálculo. De ahí al final no tuvo ninguna opción clara de birdie.

Con ese bogey de Rory el torneo quedó manos de Clark. La respuesta del campeón fue pegar el mejor tiro del día. El segundo del 14. Impresionante. La metió en green, pateó para eagle y firmó un birdie fácil. Ahí cazó tres golpes de ventaja. Todavía sufriría con un bogey en el 15 y otro en el 16, pero llegó la fantástica recuperación del 17 y jugó el 18 de libro para sacar un par sin grandes dificultades.

La ronda final del US Open se convirtió en un mano a mano porque Rickie Fowler se fue diluyendo poco a poco. De principio a fin. Todo lo que le salió en los tres primeros días se difuminó. El de Murrieta fue languideciendo poco a poco para terminar con una vuelta de 75 golpes en la quinta posición. Doloroso. Además, por detrás no llegó nadie. Ni Scottie Scheffler, al que tampoco le salió nada, pero acabó tercero con otra vuelta de par, ni Dustin Johnson, ni Xander Schauffele, ni Harris English, ni Bryson DeChambeau… Nadie.

Rory McIlroy tenía el guión perfecto, pero al final el personaje secundario se erigió en protagonista. Este domingo Clark ha dejado de ser Kent para convertirse en Superman. Queda por ver hasta dónde y cuándo le aguantan los superpoderes y si no será precisamente esta enorme victoria su particular kriptonita.

The End. Clark, campeón del US Open.